Una ceremonia de un rey constitucional que encara importantes retos, a la cabeza la pérdida de credibilidad de las instituciones (entre ellas, la propia monarquía) y el desempleo. Es la opinión mayoritaria entre los que conocieron personalmente a Felipe VI cuando, siendo Príncipe de Asturias, se formó como guardamarina en la Escuela Naval Militar.

Es el caso de los propietarios y clientes de O Peirao, en Combarro, el restaurante que frecuentaba el monarca y al que volvió con motivo de las bodas de plata de su promoción.

"Le gusta sobre todo el pulpo, la empanada, también la caldeirada de pescado, en general los productos gallegos", explica Carlos Alvariñas, que añade que "en ese momento yo era un niño y no atendí al Rey, pero sí en el otro restaurante de la familia hace doce años".

La imagen que ilustra esta información fue captada en el antiguo puerto de Combarro precisamente el 16 de julio de 1987, el día en que Felipe VI recibió de manos de su abuelo, don Juan, el despacho de alférez de navío.

Tras la ceremonia castrense, el monarca y varios de sus compañeros acudieron a Combarro para almorzar, un hecho que recordaba ayer la familia Alvariñas, que reconoce que "nos sentimos muy orgullosos, y que precisamente viniese el día del Carmen y volviese con su promoción es un doble honor".

"Dentro de la austeridad que habían prometido, la proclamación ha sido brillante", destaca Manuel Abeledo Maristani, coronel interventor de la Armada y jefe de prensa de la Escuela Naval durante la estancia del actual monarca en el centro. Felipe VI, añade, "ha optado por un discurso de estado, no esperaba en ese sentido grandes sorpresas, simplemente ha señalado líneas de trabajo dentro de sus atribuciones y ha mostrado que está identificado con los problemas que actualmente tiene España, en ese sentido su intervención me ha parecido muy bien".

También elogia la ceremonia: "Dentro de la austeridad me gustó el desfile donde le rindieron honores, al igual que el detalle de una recepción multitudinaria, en general era lo esperado y confiemos en que siga la línea de su padre, que en mi opinión se va con todos los honores de haber sido un gran rey. En estos 39 años, el Rey ha tenido muchas luces, también sombras pero que han sido pequeñas en comparación con sus aciertos; también ha ejercido un muy buen papel como árbitro y moderador, y ahora son las instituciones quienes deben actuar, el nuevo Rey ha seguido ese camino, ha puesto los problemas encima de la mesa y ha invitado a la colaboración de todos para que haya unidad al encararlos, porque hay que reconocer que afrontamos como país grandes retos".

El saludo de la familia real desde el balcón del palacio es una imagen que elogia el coronel interventor, así como el "adelgazamiento" de la familia del monarca. "Considero que gana la institución, porque todos sabemos lo que ha supuesto el escándalo del caso Urdangarín y supongo que quieren desligarse de las posibles repercusiones, me pareció un acto muy simpático dentro de un protocolo austero, aunque en mi opinión quizás debió haberse invitado a las casas reales extranjeras, desconozco por qué no se ha hecho, supongo que por razones que se nos escapan, pero en general me ha parecido muy buen inicio, un buen presagio de que será un gran rey como su padre, además veo que ha ganado en su aspecto y también en su modo de hablar, creo que está muy preparado".

Otro que trató personalmente al actual monarca es José Ángel Fernández Arruti, expresidente del Liceo Casino, sociedad que galardonó al entonces Príncipe de Asturias con la medalla de oro de la entidad.

Es uno de los que recuerdan el carácter serio y curioso del entonces adolescente y, a propósito de su proclamación, señala: "Me ha gustado mucho toda la ceremonia, pero sobre todo un discurso que ha sido muy completo y profundo; me ha encantado, para mí fue lo mejor de la jornada. Ha sido muy claro y ha tocado todos los retos y temas candentes que tenemos en el país; también es muy elogiable el tono de sobriedad que caracterizó a toda la jornada pero para mí, insisto, lo mejor ha sido el gran discurso".