La referencia en el discurso del nuevo rey español a las lenguas cooficiales que merecen "respeto y protección" -tal y como recoge la Constitución- y a que son "puentes de diálogo" para los españoles llamó la atención de muchos espectadores ayer que también se sorprendieron cuando Felipe VI puso como ejemplo a autores como Antonio Machado, Espriu, Aresti o Castelao. La cita de este último, sin embargo, no ha convencido a todos los intelectuales o personalidades de la cultura gallega. FARO ha sondeado la opinión de varios para ofrecer distintos puntos de vista sobre las palabras del monarca y lo que esperan de él.

Para el escritor Suso de Toro, por ejemplo, el nombrar a Espriu, Aresti o Castelao "es un intento de ser aceptado por vascos y catalanes. En el caso gallego, no, ya que no demostramos capacidad para existir por nosotros mismos tal y como evidencia el gobierno de Feijoo cuyas políticas hacen retroceder a la lengua gallega. Lamentablemente, Galicia son cuatro provincias que dependen de Madrid".

De Toro no entró a vaticinar o detallar qué desea para este reinado. "Tendría que ser lo que decidamos los ciudadanos. Sin una decisión de estos sobre el futuro de la monarquía no hay legitimización democrática" de la misma, opinó.

En este sentido, también se pronunció el escritor Manuel Rivas. Ayer, leía el discurso de la manifestación cívica republicana convocada en A Coruña. Rivas lamentó que esta sucesión monárquica se haya realizado "sin que el pueblo tenga la oportunidad de entrar a decidir si quiere un gobierno monárquico o republicano. Esa es una cuestión pendiente. Es un paquete atado y bien atado que viene del pasado".

En cuanto al discurso de Felipe VI, el autor gallego opinó que "no ha respondido a las expectativas" Precisamente, "si fuera un monarca elegido por el pueblo, no haría falta un discurso". En cuanto a la mención de Castelao, Rivas indicó que "al menos, es un detalle pero no importante. Son figuras ornamentales dentro de un discurso en el que veo inmovilismo. No encuentro en él un relato interesante o novedosos. Su intención es pasar lo más desapercibido posible".

Por último, también hizo referencia a las palabras que indicaron que "aquí cabemos todos mientras se llevaban tres viejecitos con bandera republicana. No aguantar el día de la proclamación tres voces de opositoras en la calle es muy poco aguantar. Frente a 60.000 agentes, no veo que tres mayores representen un serio problema para el régimen", comentó con sorna el también periodista.

Un poco más benévolo pero reivindicativo se mostró Manuel Bragado. Al máximo responsable de Edicións Xerais y hasta hace unos días presidente de la Asociación Galega de Editores le "gustó que se citase a Machado, Espriu, Aresti y Castelao, personas a las que admiro. Esa referencia es un reconocimiento real de la diversidad lingüística de España por lo que se deberían emplear en la sede del Parlamento las lenguas cooficiales. Es un gesto valioso y ojalá tomen nota los diputados y senadores. Ojalá estas lenguas puedan usarse en las Cámaras".

Sobre el futuro de la institución en los próximos años, no obstante, indicó que "espero que se convoque una reforma constitucional que permita a la ciudadanía definirse sobre la forma de Estado. Yo soy de tradición republicana y espero que la ciudadanía decida su futuro de forma colectiva".

Por su parte, Ramón Villares, presidente del Consello da Cultura Galega y catedrático de Historia, opinó que "el discurso en general es bastante positivo porque mira críticamente al pasado y reconoce implícitamente que hubo errores en la relación con los ciudadanos y en la ejemplaridad de la institución y su dificultad a veces para escuchar. Fue positivo que mencionase a las lenguas y culturas diferentes, lo que debería ser común en los presidentes del gobierno. Ahora con estas palabras no se resuelvo todo. Me gustaría que no hubiese la repetición de errores de la institución en la persona de su padre en los últimos años. Me gustaría que fuese un rey con virtudes republicanas: un rey constitucional, que no tenga favoritismos de partidos, que no interfiera en la vida política y que, al mismo tiempo, sea un espejo".

En tono socarrón, el cantante de Siniestro Total, Julián Hernández -que reconoció que no había visto el discurso pero que podría acertar frases por previsible- recomendó al monarca dotarse de patas de conejo. "El problema -dijo- es la mala suerte. Este rey es gafe, nada más llegó y la Selección Española ha tenido el fracaso más absoluto de su historia. Su padre tuvo más suerte el 23-F, fue un talismán en las Olimpiadas de Barcelona, donde llovieron medallas. El pueblo español es muy supersticioso y tras las dos derrotas agónicas en Brasil, habrá que tener mucho cuidado".

En un tono más analítico, habló el escritor David Monteagudo: "En el discurso no hay que buscar grandes cambios. Además está pactado con el Gobierno. Era imposible que diese sorpresas pero al cabo de unos años de reinado seguro que en más de una ocasión dará mensajes innovadores. Lo más destacado de lo que dijo lo veo hacia al final cuando habló de que hay que impulsar la tecnología, la ciencia... que son claves para crear empleo, lo contrario que está haciendo el Gobierno".

Por su parte, el director de cine Ignacio Vilar afirmó que "está muy bien" que utilizase las cuatro lenguas cooficiales para dar gracias en su despedida. "La monarquía parlamentaria está muy bien pero toda monarquía debería ser la votada. Estoy seguro de que ganaría".

En la esfera económica y social, José Manuel Fernández Alvariño (presidente de la patronal gallega) se expresó sobre el futuro Rey: "Es una persona excelentemente preparada para asumir esta responsabilidad. Creo además, y es muy importante, que debe agradecer el legado de su padre. Va a aportar modernización a la corona. Está muy centrado en las necesidades de las pequeñas y medianas empresas".

Por su parte, Luis Novoa (presidente de la CEP), indicó que "mi opinión es francamente buena, es una persona cercana y preocupada por los problemas de la sociedad. Le gusta hablar con la gente y escuchar opiniones, aunque también es una persona con mucho carácter. Está muy preparado, seguro que es el rey más preparado de las naciones democráticas. Yo creo que, si no tuviéramos esta monarquía, habría que inventarla. Va a ser un gran rey".

Pareceres diferentes mostraron desde los sindicatos CCOO y UGT. José Manuel Sánchez Aguión (secretario xeral CC OO Galicia) reconoció que es " republicano de pura cepa. Para mí, la Transición se terminó con la abdicación del rey, una Transición que, claramente, jugó un papel importante. Pero ahora es momento de entrar en un nuevo proceso de reforma constitucional. Lo que está pasando es un anacronismo". Finalmente, José Antonio Gómez (secretario xeral UGT Galicia) apuntó que "este momento deberíamos aprovecharlo para hacer una reforma de la Constitución, empezando por quitar el artículo que establece como prioridad máxima el pago de la deuda y el techo de gasto, el famoso artículo 135. A partir de ahí, España necesita una nueva estructura, camino de la federal".