Polonia vive con natural desasosiego la crisis de Ucrania, pero no teme una invasión de Putin como la que sufrió de los comunistas rusos en el siglo pasado ni tampoco algo parecido a lo que ocurre con sus vecinos ucranianos, porque los polacos se sienten protegidos por la UE y la OTAN, aunque aún no hayan adoptado aún el euro, afirma el embajador de España en Varsovia, Agustín Núñez Martínez (Betanzos, 1955).Esta nación de 38,5 millones de habitantes adora las playas españolas, reverencia a su paisano más ilustre, Juan Pablo II, y se vende como tierra de oportunidades en medio de la tempestad de la crisis. "Es una isla verde en un mar de números rojos", prosigue el diplomático gallego antes de comenzar su clase de polaco. No es nada fácil, reconoce. "Los idiomas eslavos son más que complicados", añade Núñez.