Los nombres del exministro Juan Fernando López Aguilar y de la portavoz del PSOE en el Congreso, Soraya Rodríguez, han empezado a sonar en las últimas horas para sumarse al elenco de aspirantes a relevar a Alfredo Pérez Rubalcaba al frente del partido, convulsionado más, si cabe, con las cuitas del PSC.

Esta tarde han arreciado los rumores en los círculos socialistas sobre otros hipotéticos candidatos, como López Aguilar o Rodríguez, que se lo están pensando, aunque ninguno tiene tomada una decisión.

López Aguilar ha explicado a Efe que hace meses que está recibiendo peticiones, tanto de dirigentes como de militantes de base, para que se ofrezca a liderar el partido, aunque todavía no lo tiene decidido.

Consciente de que el tiempo apremia, y de que hay quince días para la recogida de avales, el eurodiputado socialista ha asegurado que está reflexionando "muy seriamente" sobre ese paso.

"Estoy con los cinco sentidos puestos para ayudar", ha subrayado.

Soraya Rodríguez, según han confirmado a Efe fuentes parlamentarias, también se lo está pensando, tras la petición que en este sentido le han hecho llegar algunos cuadros del partido, que ven a la exsecretaria de Estado de Cooperación como una "tercera vía" entre Madina y Sánchez, tras la retirada de Díaz.

"Está escuchando a gente", han asegurado a Efe desde su entorno, aunque estas fuentes han querido dejar claro que no ha sido a petición propia, sino porque muchos dirigentes se han dirigido a ella.

Ante tal proliferación de candidatos han surgido las preguntas sobre los motivos de tanto interés y no han faltado las malas lenguas dentro del propio partido que lo achacan a razones espurias.

Tanto es así que hay quien se cuestiona si la pretensión es dispersar el voto de modo que al final el candidato vencedor de la consulta a los 197.000 militantes censados salga con un escaso porcentaje de votos.

Si hasta ayer mismo sólo el portavoz de Izquierda Socialista, José Antonio Pérez Tapias, había hecho pública su disposición, en las últimas horas ya se han confirmado las intenciones del diputado madrileño Pedro Sánchez -que mañana lo anuncia oficialmente- y de un militante del PSM, Alberto Sotillos, hijo de quien fuera portavoz del Gobierno con Felipe González, Eduardo Sotillos.

Falta por que dé el paso definitivo el secretario general del grupo socialista en el Congreso, Eduardo Madina, que podría anunciarlo en las próximas horas, seguramente el viernes, el día en el que se abre el plazo para la recogida de los 10.000 avales que serán necesarios para pasar a la siguiente fase: la campaña previa a la consulta a los militantes del 13 de julio.

Hoy, además, también ha despejado las dudas el todavía secretario general del PSE, Patxi López, después de reconocer que ha recibido varias sugerencias para que se presentara, pese a que él ya prácticamente se había autodescartado hace unos días.

Su comida ayer en Sevilla con la presidenta andaluza, Susana Díaz, unas horas después de que ella comunicara que no estará en esta carrera sucesoria, despertaron todo tipo de especulaciones en el partido, que hoy López ha zanjado con un comunicado: ""Mi posición sigue siendo la de ayudar y no otra".

En medio de esta convulsión interna, el "partido hermano", el PSC, vive su propia catarsis, tras el anuncio hoy de su primer secretario, Pere Navarro, de marcharse también, siguiendo la estela de Rubalcaba y del propio Patxi López.

Rubalcaba se irá en el congreso extraordinario de julio, una semana después de la consulta a las bases, y López hará lo propio en septiembre, mientras Navarro ha dejado en manos del Consell Nacional del PSC el procedimiento y el calendario del relevo.

Al PSOE se le abren tantos frentes que el vértigo de terminar haciendo aguas es palpable entre la mayor parte de sus dirigentes, por ejemplo los diputados que hoy han asistido en el Congreso a la aprobación de la ley de abdicación del Rey, donde han tenido tres fugas: Odón Elorza, que se ha abstenido, y dos parlamentarios que han preferido ausentarse del hemiciclo, Guillem García y María Paloma Rodríguez.

Queda por ver si los socialistas son capaces de recomponer todas sus piezas en menos de un año, que es lo que falta para las elecciones autonómicas y municipales.