Tras dos años y medio al frente del PSC, el periodo más corto de un primer secretario, Pere Navarro ha anunciado su dimisión, abocando así a los socialistas catalanes a un congreso extraordinario que muchas voces reclaman que sea "fundacional" y provoque cambios profundos en la dirección.

Con un PSC desestabilizado por el proceso soberanista catalán, fragmentado por las disputas en su seno entre los sectores críticos y una dirección cada vez más cuestionada internamente, y tocado por los malos resultados de las elecciones europeas, Navarro finalmente arroja la toalla, decisión que hará efectiva este sábado en el Consell Nacional socialista.

"Anuncié que estos días haría una serie de conversaciones, una ronda de contactos internos y externos, y propondría la mejor solución. Tras esos contactos, la mejor solución es dejar paso a una nueva dirección", ha explicado Navarro, que ha apostado por "cambios profundos".

Aunque la rueda de prensa ha sido convocada con solo dos horas de antelación, ya había tomado su decisión hace días, pero hasta hoy no la comunicó al secretario general del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba.

Navarro se ha puesto a disposición de la nueva dirección del PSC para que decida cuál es su "papel en el futuro", aunque fuentes consultadas por Efe coinciden en que probablemente permanezca como diputado en el Parlament.

El Consell Nacional de este sábado deberá crear una comisión gestora y decidir si es ésta la que debe convocar el congreso extraordinario en el calendario que crea oportuno, o sea el propio Consell Nacional quien establezca una fecha. "En cualquier caso, la decisión se tomará colectivamente", ha dicho Navarro.

El presidente del Consell Nacional, el exministro Celestino Corbacho, ha considerado que el congreso extraordinario se debería celebrar antes de agosto, tras destacar asimismo que Navarro "ha estado a la altura de lo que necesitaba el PSC".

Navarro ha evitado explicitar los errores que pueden haber conducido a esa situación -"en toda gestión hay cosas positivas y negativas, errores y aciertos"-, y pese a destacar su voluntad desde 2011 de conformar una ejecutiva "plural", ha admitido que quizá "se debería haber respondido mejor" a esa intención.

Ha negado que las disputadas con los críticos hayan motivado su adiós, aunque les ha reprochado que expresaran "permanente y públicamente las diferencias de criterio" y "vulneraran acuerdos tomados de forma democrática" en los órganos de dirección.

Sí habría influido en cambio en decantar su decisión, según varias fuentes consultadas, las principales federaciones territoriales del PSC que le habrían retirado su confianza al observar que no iba a ejecutar cambios "profundos".

Sin tiempo para digerir la dimisión, las federaciones ya han iniciado los contactos para situarse en una nueva comisión gestora que suponga un "borrón y cuenta nueva", algo que creen que deberá trasladarse también a la presidencia del grupo parlamentario.

Entre los nombres que suenan como posibles candidatos a tomar el timón provisional están la alcaldesa de Santa Coloma de Gramenet, Núria Parlon; el primer secretario del PSC de Barcelona, Ferran Pedret; los alcaldes de Tarragona, Lleida y Granollers, Josep Fèlix Ballesteros, Àngel Ros y Josep Mayoral, respectivamente; el alcaldable por Barcelona, Jaume Collboni; o el histórico diputado Miquel Iceta. También podría adoptar un papel activo el expresident y exlíder del PSC, José Montilla.

"Muchos estamos convencidos de que, para reencontrarnos con los que ahora se sienten alejados de nuestra propuesta, debemos reencontrarnos nosotros primero. El gesto de Navarro nos da la oportunidad de hacerlo", ha explicado Ferran Pedret, de la poderosa federación de Barcelona.

Parlon, por su parte, ha afirmado que "ahora lo que toca es que todos estemos a la altura y hacer esta transición de la mejor forma posible", sin pronunciarse sobre que su nombre figure entre los posibles sucesores, igual que Iceta, que ha instado a "pensar en los próximos días qué es lo mejor para el futuro del PSC".

Las reacciones a la inesperada noticia no se han hecho esperar, al coincidir con el pleno del Parlament, donde precisamente esta mañana Navarro ofrecía a Artur Mas impulsar un Pacto Nacional contra el paro, al presidente catalán se ha mostrado abierto.

"No haré ninguna valoración, simplemente decir que ha tenido la delicadeza y gentileza de llamarme media hora antes de anunciarlo", ha afirmado Mas, tan prudente como la dirección federal del PSOE, que ha mostrado su respeto por la decisión y ha recordado que siempre ha sido un político consecuente con sus principios y que ha buscado el diálogo para resolver el conflicto catalán.

En cambio, los diputados díscolos del PSC, Joan Ignasi Elena, Marina Geli y Núria Ventura, han considerado que la dimisión supone una oportunidad para iniciar un proceso de "reconstrucción" para acercar al PSC a la consulta soberanista y al derecho a decidir.

En todo caso, la "sorpresa" ha sido general, como bien expresaba el portavoz de CiU en el Congreso, Josep Antoni Duran Lleida, quien ha confiado en el PSC resuelva cuanto antes su situación, al ser necesaria en estos momentos "estabilidad" en las fuerzas políticas.