A solo tres días de que se abra el plazo para recoger los 10.000 avales para presentar candidatura a la secretaría general del PSOE, la presidenta andaluza, Susana Díaz, se retiró ayer de la carrera para suceder a Alfredo Pérez Rubalcaba. La decisión adoptada el pasado fin de semana ha dejado descolocados a los barones que salieron a apoyarla.

Algunos socialistas se apresuraron a achacar el paso atrás de la líder andaluza al miedo a no salir airosa de las consulta a las bases. Díaz no es partidaria del sistema de primarias. De hecho, ella llegó a la Presidencia de Andalucía sin competir con nadie. Hace un año fue elegida secretaria regional por aclamación después de haber conseguido la mitad de los avales que tiene el socialismo andaluz.

La decisión de la dirección federal encabezada por Rubalcaba de ceder a la exigencia del aspirante Eduardo Madina para que los militantes votaran el 13 de julio al secretario general y que luego lo ratificaran los delegados en el congreso del día 26 es lo que parecer haber llevado a Susana Díaz a tirar la toalla.

La líder andaluza explicó ayer con esta decisión busca dar estabilidad a Andalucía y ayudar al PSOE desde la federación más poderosa. Díaz no comunicó su decisión al resto de los aspirantes. Sin embargo, ayer por la tarde se reunió en Sevilla con el exlendakari Patxi López horas después de la renuncia. La cita no estaba en sus agendas y llegó cuando dentro del partido se dejaban oír la voces abogando por buscar un candidato fuerte.

Era un secreto a voces que Madina y Sánchez estaban recibiendo "presiones" para que no se presentaran, después de que la mayoría de los barones proclamara a los cuatro vientos que querían a Díaz para llevar las riendas del partido en un momento tan convulso como el que atraviesa ahora, sin experimentos inciertos. Detrás de la operación estaban los expresidentes Felipe González y José Luis Rodríguez Zapatero, así como de otros históricos como José Blanco o José Bono; pero las maniobras no cuajaron y Madina trasladó el mensaje de que no pensaba "abdicar".

Con ese escenario, y con el añadido de la dificultad de compaginar la Presidencia de la Junta con la secretaría general del PSOE si salía elegida, Díaz ha preferido refugiarse en Andalucía. La decisión se la comunicó el fin de semana a un par de fieles en el PSOE-A, además de a González y Zapatero. Según la mayor parte de los dirigentes socialistas consultados por "Efe", no ha querido arriesgarse a que le pasara lo mismo que a Joaquín Almunia cuando, en 1998, se enfrentó con toda la maquinaria del aparato de Ferraz a Josep Borrell en las primarias. Y perdió.

Su paso atrás supone un impulso a las candidaturas de Madina y del madrileño Pedro Sánchez, teniendo en cuenta que el aspirante de Izquierda Socialista, José Antonio Pérez Tapias, tiene pocas opciones, y la exministra Carme Chacón renunció a dar la batalla hace una semana.

Ya desde el primer minuto, Díaz había dicho que su prioridad era Andalucía y ayer, a primera hora, confirmaba que no optará a la secretaría general del PSOE en el congreso extraordinario del 26 y 27 de julio, previa consulta con los militantes.

"Mi lugar es este, aquí, y como puedo aportar a Andalucía, y por supuesto a España y a la política es cumpliendo con mi palabra y con los ciudadanos, y reforzando el vínculo de la presidenta de la Junta de Andalucía con la mayoría de los andaluces", argumentó.

Susana Díaz advirtió que los socialistas no han entendido nada de lo que pasó el 25-M. "Llevamos varias semanas mirándonos el ombligo y hablando de nos otros, sin querer enterarnos de que el partido ha sufrido la mayor derrota de la historia".

Quien no se mostró sorprendido por la decisión de Díaz fue Rubalcaba, para quien se trata de una postura "coherente" con Andalucía: Madina y Pedro Sánchez no escatimaron elogios a su compañera. "Yo siempre creí en las palabras de Susana, siempre la escuché diciendo que su prioridad era Andalucía. Mi admiración por ella es completa", dijo el primero. Sánchez, que reconoció que el paso de Díaz ha sido determinante para tomar su propia decisión de presentarse, está seguro de que la renuncia de la andaluza es "el primer paso para la victoria del PSOE en 2015". La mayor parte de los barones que la apoyaron no ocultaron su pesar. Susana Díaz tampoco quiere estar en la próxima ejecutiva federal, y la nueva incógnita es saber si estará o no en las primarias para elegir al candidato socialista a la Moncloa.