-El Rey Don Juan Carlos I fue proclamado y su figura fue respaldada después por el refrendo a la Constitución de 1978. Pero Felipe VI llega en un momento de debilidad de la Monarquía y con ciertos sectores de la sociedad reclamando una República. ¿Le faltará legitimidad social para reinar?

- El Príncipe Felipe cuando acceda al trono tiene la legitimidad de origen, es la legitimidad de origen que le da la Constitución del 78, además de la legitimidad dinástica que por razones históricas tiene la sucesión a la Corona. La legitimidad de ejercicio se la tendrá que ganar como se la ganó Don Juan Carlos durante estos años. Esa idea está siempre presente y la tiene muy clara la Casa Real.

-Felipe VI tiene la legitimidad jurídica de la Constitución de 1978. Pero hay muchos jóvenes en España que hoy reivindican que ellos no votaron esa Constitución...

- Sí, es verdad, pero conviene distinguir, el plano jurídico y el plano puramente político. Desde el punto de vista jurídico la legitimidad y la permanencia de una Constitución no necesita un plebiscito cotidiano. Jurídicamente una Constitución no necesita estar siendo sometida cada 25 años a un referéndum porque hay gente que no votó esa Constitución. Pero dicho eso, es verdad que en la vida de las Constituciones pueden haber surgido cambios económicos, sociales y políticos que aconsejen que ese consenso en torno a la Constitución se renueve.

-¿Cree que el proceso soberanista catalán ha podido influir de alguna manera en la decisión de Don Juan Carlos?

- No. Es simplemente una coincidencia del momento. Una decisión como ésta hay que tomarla en un momento tranquilo pero no hubo muchos momentos tranquilos en los últimos tiempos.