La vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, coincidió ayer con la alcaldesa de Madrid, Ana Botella, en advertir a Esperanza Aguirre de que "la ley es igual para todos". La líder del PP regional está pendiente de la decisión de un juez de abrirle diligencias por un delito de desobediencia o por una falta contra el orden público, una vez que reciba el atestado policial sobre el incidente registrado el jueves, cuando el coche de Aguirre arrolló en la Gran Vía la moto de un agente de movilidad al escapar cuando iba a ser multada.

Tras reconocer los hechos, la presidenta del PP de Madrid acusó a los agentes de mostrar una actitud machista y de actuar condicionados por su perfil público, unas declaraciones a las que ayer contestó la alcaldesa de Madrid, Ana Botella, recordándole que nadie está por encima de la ley y defendiendo la "presunción de veracidad" de los agentes.

Botella respaldó el trabajo de los funcionarios municipales y recalcó que a lo sucedido seguirá el "procedimiento legal establecido", mientras que el sindicato mayoritario entre los policías locales ha censurado las acusaciones de Aguirre.

Explicaciones

"La ley es igual para todos", recalcó al ser preguntada por el caso la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, quien indicó que Aguirre ha dado ya explicaciones al respecto, y agregó que ahora el procedimiento abierto a raíz de este incidente debe definir "hechos" y "responsabilidades" sobre lo sucedido, después de que la líder del PP madrileño aparcara en el carril bus para ir a un cajero cuando iba a jugar una partida de bridge solidario.

Esperanza Aguirre pidió ayer públicamente perdón y, al preguntarle sobre si piensa dimitir, respondió: "No, no y no. Menos mal que he cometido una infracción de aparcamiento, porque si hubiera atropellado a un peatón estaría peor que Bolinaga" (el etarra en prisión domiciliaria). Además, se quejó de haber recibido un trato desigual "por ser famosa" y cuestionó que esté capacitado para ser un agente de movilidad quien sufre un ataque de ansiedad por poner una multa.

El presidente de Madrid, Ignacio González, destacó que su predecesora en el cargo había "pedido perdón" y que "a partir de ahí no hay que darle una mayor trascendencia que la que ella le ha dado con sus explicaciones". En defensa de Aguirre salió la secretaria de comunicación del PP de Madrid, Lucía Figar, quien subrayó que las funciones de los agentes de movilidad son de vigilancia y control del tráfico, y que no pueden retener a nadie "durante 20 minutos".

Reacciones

El comportamiento de Aguirre y sus explicaciones posteriores cosecharon el rechazo y la censura de las redes sociales, así como de los representantes políticos más allá del PP. Cayo Lara, de IU, apuntó con ironía: "Ya no cabe duda: es la que enseñaba las normas de circulación y civismo a Carromero" (el político popular que conducía el coche siniestrado en el que murieron dos dirigentes de la oposición cubana).

Desde el PSOE se habló de "vergüenza", se tildó de "impresentable" a la expresidenta y se la acusó de "creer que Madrid es suyo". Elena Valenciano destacó la denuncia por desobediencia. UPyD señaló que "hay personas que se piensan que están por encima de la ley".