La voz de un expresidente "siempre debe ser oída al margen de la coincidencia o la discrepancia" y su papel "no es tanto volver a la política activa como estar en el activo de la política" para influir en ella. Con estas palabras valoró ayer el ministro de Justicia, Alberto Ruiz-Gallardón, el ataque lanzado el martes por José María Aznar contra el jefe del Gobierno, Mariano Rajoy. Gallardón aseveró que Aznar, por las responsabilidades que ha asumido, "es un activo de la política". "Hemos tenido que hacer cosas que no nos gustaría, distintas de las que teníamos comprometidas", pero "son temporales", como los impuestos.

El PP se apresuró a dar por cerrada la polémica abierta en sus filas por Aznar al cuestionar la gestión de Rajoy, instarle a bajar impuestos y, sobre todo, tras amagar con volver a la política. "Ese tema está zanjado", aseveró rotundo el vicesecretario Carlos Floriano, al solicitarle los periodistas que valorase la respuesta del presidente del Gobierno rehuyendo enfrentarse a su predecesor pero dejando claro que no va a "cambiar" su política.

El secretario de Estado de Relaciones con las Cortes, José Luis Ayllón, añadió que el Gobierno "reflexiona sin parar" y "siempre" atiende cualquier opinión "en beneficio del país". Preguntado por la postura de Gallardón en defensa de que la voz de Aznar "siempre debe ser oída", el presidente del Congreso, Jesús Posada, se reafirmó en que, aunque todas las opiniones merecen atención, y más las del presidente fundador del PP, él sigue pensando que no hay opción para su regreso: "Yo me reitero en lo que dije: creo que Rajoy está llevando muy bien, con muchas dificultades pero muy bien, lo que hay que hacer ahora en España y en el PP, y por ahí debemos seguir".

El portavoz adjunto de los populares Rafael Hernando, se alineó con Rajo al decir que el Presidente ha estado "suficientemente claro y respetuoso y que hay que seguir con las políticas". Su compañero Pujalte enfatizó que cuando habla el Presidente los diputados del PP callamos" para añadir que Rajoy estuvo, "como siempre, muy elegante, discreto y poniendo las cosas en su sitio; es decir, diciendo que lo que ha dicho el señor Aznar es una reflexión, que está en su derecho de hacerla y que gobernar es tomar decisiones".

El presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, aseguró que el PP mantiene la misma "lealtad inquebrantable" hacia Rajoy y todo su Gobierno que tuvo con Aznar. Preguntado por las apreciaciones de Gallardón sobre la necesidad de "oír" al expresidente, respondió que él sabrá "lo que tiene que opinar y decidir", ya que forma parte del Ejecutivo. La catalana Alicia Sánchez Camacho afirmó que las palabras de Aznar han fortalecido la lealtad del partido con Rajoy.

El presidente riojano, Pedro Sanz, abundó en esta línea al subrayar que Rajoy "es quien torea y con el que hay que estar" y que "los de la barrera pueden gritar". Mientras, el Gobierno castellano-leonés expresaba, por su parte, su lealtad inquebrantable para con el jefe del Gobierno. El apoyo más explícito a Aznar lo pronunció el consejero de Presidencia, Justicia y portavoz madrileño, Salvador Victoria, quien afirmó que este Ejecutivo regional "no tiene ninguna postura" sobre esas declaraciones salvo "el máximo respeto a la libertad de opinión de cada uno" .

Responsabilidad

Mientras Esperanza Aguirre sigue guardando silencio, su sucesor, Ignacio González, manifestó que "quien tiene responsabilidad de Gobierno es Rajoy y a él le corresponde tomar las decisiones". Por lo demás, destacó que bajo los mismos principios del partido, "cada maestrillo tiene su librillo".

Llamativa fue también la reacción de la alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, quien "no llamaría deslealtad" a las palabras de Aznar, sino que son una muestra del "enorme respeto" que el PP tiene a la "libertad de las opiniones". "Lo que dice claramente es que mi partido siempre ha tenido un enorme respeto por la libertad de las opiniones, que tenemos un banquillo muy importante y que todas las aportaciones son positivas; pero yo no lo llamaría, ni mucho menos, deslealtad", aseguró.