Las familias de los 62 militares fallecidos en el accidente del Yakolev en Turquía, del que se cumplen diez años el próximo 26 de mayo, han heredado las cinco hectáreas de terreno donde se produjo el siniestro, en la localidad de Trabzon.

Las cinco hectáreas en el monte Pilav han pasado a manos de las 62 familias de los militares españoles, después de que la propietaria, Fáima Karahan, tras su muerte a los 82 años el pasado enero, haya dejado en herencia esa tierra a las familias de las víctimas.

Según informan los familiares de los militares fallecidos, Fátma poseía la finca "Hasretlik kuzular", que heredó en usufructo de su marido Abdülkadir Karahan, de 86 años.

Sin embargo, ella decidió y así lo hizo constar en su testamento, que esa tierra fuese donada, tras su muerte a las familias, de los soldados españoles.

Antes de morir, según señalan los familiares de las víctimas españolas Fatma "lloró con en ese suelo" con ellos y decía que "el avión que transportaba a los ángeles cayó a mi corazón".

"No voy a vender algo de mi propiedad, que desde hace más de 10 años, no puedo olvidar, que su sangre recorre esa tierra. Esa fue su tumba. Mi único deseo es que cualquiera pueda volver a esta tierra, gracias a sus familias", dijo antes de morir.

Los ancianos vivían a cinco kilómetros del lugar del accidente, a pesar de cual iban con asiduidad a depositar flores al lugar, que se encuentra a más de 2.100 metros de altura.

Su marido ha trasladado al Ministerio de Hacienda turco los deseos de Fatma y ahora procederá a las actuaciones correspondientes con la Embajada de España.

El 26 de mayo de 2003 un avión ucraniano, un Yak-42, se estrelló en las cercanías de Trabzon y los 62 militares españoles que iban a bordo murieron, además de los 12 tripulantes ucranianos y un ciudadano bielorruso.

Los militares regresaban a España tras cuatro meses y medio de misión en Afganistán.