A tenor de sus últimas declaraciones judiciales -a las que ha accedido FARO-, Luis Bárcenas, exgerente del PP, considera que la gestión de los donativos empresariales que él y el tesorero Álvaro Lapuerta, recibían para el partido no solo fue legal, sino que incluso podría considerarse ejemplar. Bárcenas negó ante la Fiscalía Anticorrupción que los empresarios que dieron su dinero al PP recibieran contraprestación alguna del partido a cambio de esos donativos millonarios. Es más, Bárcenas aseguró que había sido testigo de alguna conversación con esos empresarios en la que Álvaro Lapuerta les decía textualmente: "Tenga usted claro una cosa, que estamos aceptando un donativo a cambio de nada".

Así que, según Bárcenas, esos empresarios -la mayoría del sector de la construcción de obra pública- daban sus millones al PP a cambio de nada, pues eran advertidos expresamente de que no esperasen resultar beneficiados en ningún concurso de obra pública. Esta es, acaso, la clave principal del "caso Bárcenas": dilucidar hasta qué punto esos 6,1 millones de euros que el exgerente reflejó de su puño y letra en la supuesta "contabilidad B" del partido entre 1990 y 2008 llegaban al PP en contraprestación por las obras recibidas por distintas empresas constructoras.

El último informe policial de la Unidad Central de Delincuencia Económica y Fiscal (UDEF) enviado al juez instructor Pablo Ruz apunta a que el PP habría vulnerado la Ley de Financiación de Partidos puesto que se aceptaron continuados donativos de empresarios que, al mismo tiempo, trabajaban para distintas administraciones gobernadas por los populares. El informe policial estima que estas constructoras recibieron de distintas administraciones del PP algo más de 12.200 millones de euros desde el año 2000.

Pero esa aportación hecha por constructores que, además trabajaban para la administración, sería una infracción que se castiga con una multa "equivalente al doble de la aportación ilegalmente aceptada", dice la ley. En este caso, los donativos anotados por Bárcenas -si finalmente el proceso judicial abierto llega a esta conclusión- provocarían una multa de 12 millones. Sin embargo, los investigadores no tienen bases para hablar de un posible delito de prevaricación, que es lo que el PSOE se apresuró a denunciar al día siguiente de conocerse este informe. No hay la relación causa-efecto entre donativo y adjudicación.

Es más. A juicio del propio Luis Bárcenas ni siquiera se habría vulnerado la Ley de Financiación de Partidos pues, tal y como argumentó en su declaración ante la Fiscalía Anticorrupción, una cosa es que la donación la haga la empresa y algo buen diferente que la efectúe un directivo de esta empresa. Este es su argumento: "Suponiendo que fuesen ciertas las informaciones (...) no (se) está hablando de lo que está dando una empresa, lo está dando una persona física. No hay que relacionar nunca la persona física con la sociedad. La persona física, aunque sea un empresario, puede dar dinero a un partido político y no está infringiendo la ley, tengamos claro eso".

Los investigadores, no obstante, discrepan del punto de vista de Bárcenas. Subrayan que la ley de financiación de partidos políticos prohíbe las aportaciones de empresas que presten servicios o realicen obras para la administración pública y que la contabilidad escrita de puño y letra por Bárcenas, según aseguran los últimos informes grafológicos oficiales, se nutre principalmente de aportaciones hechas por "personas físicas vinculadas a empresas privadas en las que ostentan cargos dentro de sus consejos de administración en calidad de presidente, consejero, administrador, secretario o apoderado" y que aparecen citados con sus nombres y apellidos "junto a la entidad vinculada".

El informe policial determina que de 16 de los 19 donantes identificados "realizan aportaciones que en algún año o en todos" superan los 60.000 euros anuales, que era el límite máximo fijado por la ley para hacer aportaciones anónimas. Aunque la mitad del dinero que Bárcenas anota en sus cuadernos se destina, según consigna, a pagar sobresueldos a dirigentes populares (Rajoy aparece con 322.231 euros y Cascos con 321.319 euros), hay una partida de 1,2 millones que se ingresó en una cuenta en Banesto. Pero se consignaron como donativos anónimos y para ello los donativos que excedían los 60.000 euros se fueron fraccionando en lotes de cantidades menores, algo que ha constatado la policía en su último y detallado informe. Así no era necesario consignar la procedencia real de los fondos.

En su declaración ante la Fiscalía, el propio Bárcenas reconoce que "existía una fórmula" para disimular las donaciones demasiado cuantiosas. Con su particular forma de explicarse, Bárcenas asegura: "Si llega un señor y dice, no, yo quiero dar trescientos mil, pues evidentemente siempre existiría una fórmula que (era) decirle al cajero, toma cincuenta mil que han venido como anónimos, que han venido en mano, cincuenta mil; pasado cincuenta mil tal... por decir algo, que es así por decir algo".