El Tribunal Supremo deliberará este jueves a puerta cerrada sobre los recursos presentados contra la sentencia de la Audiencia Provincial de Barcelona que en marzo del pasado año condenó a 22 años de prisión a María Ángeles M. F., 'Angie', por suplantar la identidad de una compañera de trabajo durante dos años y matarla para cobrar sus seguros de vida.

'Angie' fue condenada por el delito de asesinato, a 18 años; por el delito continuado en documento mercantil y de estafa, a 4 años, y a pagar una indemnización de más de 220.000 euros, aunque fue absuelta de usurpación de estado civil.

La Audiencia de Barcelona consideró probado de modo "incuestionable" que María Ángeles M. F. aprovechó su amistad con Ana Maria P. y, movida por el propósito de obtener un beneficio económico, abrió diversas cuentas y suscribió pólizas de crédito con entidades bancarias a nombre de la víctima por importe total de 102.000 euros, valiéndose de las facilidades que le daba su cargo de jefa de Recursos Humanos de la empresa en la que trabajaban.

Asimismo, haciéndose pasar por ella, exhibiendo su documentación y simulando su firma, suscribió diversos contratos de seguros de vida a nombre de Ana Maria P., en algunos de los cuales puso como beneficiaria a otra mujer "ajena al plan delictivo" de María Ángeles M. F., que había perdido su DNI en una copistería, y enviar el correo a la dirección de un matrimonio de Barcelona, también ajeno al plan.

Según la sentencia, para llevar a cabo el plan, la acusada citó a la víctima para cenar en un apartamento el 19 de febrero de 2008 en la calle Camprodon -piso alquilado por tres días por María Ángeles M. F. a nombre de Ana Maria P.-, y allí la adormeció con "alguna sustancia o producto" no identificado, colocándole después una bolsa de plástico en la cabeza y ahogándola.

Contrató a dos "gigolós"

Con el fin de simular una muerte con "connotaciones sexuales", desnudó a la víctima e impregnó su boca y genitales con semen que la acusada había logrado de dos 'gigolós' contratados, y el cadáver fue hallado dos días después por la encargada de la limpieza, sin hallarse su ropa ni efectos personales -tan solo unas botas y una peluca-.

En un registro casi un mes después en el piso de la acusada, se halló una botella de vidrio con cloroformo, una póliza de seguro a nombre de Ana Maria P., una peluca de color negro y una copia del DNI de la víctima y, posteriormente, el entonces compañero sentimental de la acusada halló documentación escondida en su propio domicilio, entre la que figuraba el DNI y pasaporte original de la Ana Maria P., el DNI original que logró en una copistería y tarjetas y libretas bancarias a nombre de la víctima.