"Si algo puede ir mal, irá mal". Esa frase se le atribuye a un ingeniero aeroespacial estadounidense, pero bien podría haber sido acuñada por la actual dirección del PSOE que lidera Alfredo Pérez Rubalcaba, que no da abasto para apagar los fuegos que se le desatan día sí y día también en el partido.

La moción de censura en Ponferrada con el apoyo de un condenado por acoso sexual, la posible petición del suplicatorio de José Blanco al Congreso por el caso Campeón, las discrepancias con el PSC, las primarias para elegir al nuevo secretario general del PSdeG, Amy Martin...

El infortunio parece haberse instalado en el PSOE, dicen unos. La actual dirección no da pie con bola, opinan otros.

Rubalcaba ha convocado para el jueves a la Ejecutiva, la primera reunión después del enfrentamiento con el PSC, de la rebelión del PSdeG y de la moción de censura en Ponferrada, una concatenación de acontecimientos que han minado su liderazgo en el último mes.

Todos en el PSOE esperan con interés las palabras del presidente del partido y de la Junta de Andalucía, José Antonio Griñán, quien no se dio por conformado con las explicaciones del secretario de Organización, Óscar López, sobre el pacto con el acosador Ismael Álvarez.

De hecho, el vicesecretario general del PSOE-A, Mario Jiménez, ha reclamado un refuerzo de la coordinación del partido a través de la vicesecretaria general federal, Elena Valenciano, para evitar que se puedan producir "elementos de distorsión del trabajo" como el que ha ocurrido en Ponferrada.

Sus palabras se han interpretado como un claro mensaje de Griñán para, como mínimo, quitar competencias a López y, de paso, a los responsables de Política Autonómicas, Antonio Hernando, y Municipal, Gaspar Zarrías, que no son santos de su devoción.

López puso su cargo a disposición del partido el pasado lunes, en la reunión de la Comisión Permanente de la Ejecutiva, de la que sólo forman parte las personas más cercanas a Rubalcaba, y ahora falta por comprobar si el resto de miembros de la dirección comparte el criterio de que siga de "número tres".

En medio de esta tormenta perfecta se han multiplicado las voces internas que cuestionan a la portavoz socialista en el Congreso, Soraya Rodríguez, y ponen en duda su trabajo en favor de la cohesión del grupo y su capacidad para trasladar los mensajes de la dirección.

Antes de su nombramiento, tras el congreso federal de febrero de 2012, se barajaban varios nombres para ese cargo, que ahora vuelven a cobrar fuerza de nuevo, entre ellos el actual secretario general del grupo socialista, Eduardo Madina, o el ex ministro de la Presidencia Ramón Jáuregui.

Sea como sea, a Rubalcaba se le acumulan los frentes abiertos y cada vez engorda más la lista de quienes exigen soluciones contundentes. Esta misma semana, la corriente crítica Izquierda Socialista se ha sumado a la petición para que se convoque un congreso federal extraordinario, defendida desde el pasado mes de diciembre por el secretario general del PSM, Tomás Gómez.

Otros dirigentes y diputados socialistas consultados por Efe tampoco ven con malos ojos ese adelanto congresual y, frente a quienes argumentan que Rubalcaba necesita más tiempo porque lleva de secretario general poco más de un año, esgrimen que es mejor hacer una "catarsis real" ahora que no hay convocatoria de elecciones en el horizonte.

No obstante, la celebración de un congreso extraordinario no cuenta de momento con demasiados seguidores en el seno del partido.

Hay otros socialistas que apuestan como revulsivo por adelantar las primarias para elegir cuanto antes al candidato a la Moncloa, aunque Rubalcaba parece tener el respaldo de la mayor parte de los barones regionales, incluido el propio Griñán, para esperar, al menos, al próximo año.

Las diferentes fuentes consultadas por Efe dan por hecho que Rubalcaba no concurrirá a las primarias, pero se espera que sí lo hagan Carme Chacón (precisamente un tuit suyo desató la ira en las redes sociales contra la moción en Ponferrada) y Patxi López.

Frente a las críticas y los rumores, muchos diputados socialistas se han quejado de que el partido esté permanentemente enredado en asuntos internos que le distraen de su objetivo, que es -dicen- presentarse ante la ciudadanía con un proyecto alternativo de Gobierno.

El PSOE inicia una nueva semana esperando que sus cuitas internas dejen de ser portada en los medios. Está por ver si lo consigue.