El ministro de Defensa, Pedro Morenés, reconoció que la empresa del espía informático que pirateó 30.000 correos del Instituto Nóos fue contratada hasta 2008 por el Centro Nacional de Inteligencia, pero ha negado que éste haya sido agente del mismo.

El "hacker" argentino Matías Bevilacqua, socio y director tecnológico de la empresa CF Labs, pirateó 30.000 correos del servidor del bufete Medina Tejeiro, desde el cual se gestionaba Nóos.

Diego Torres, el ex número dos de Nóos, y su defensor, Manuel González Peeters, se personarán como parte perjudicada en la causa por espionaje abierta por el juez José Castro. Ambos sospechan que han sido víctimas de pinchazos telefónicos y de internet y de seguimientos. La supuesta contratación por Iñaki Urdangarín de un experto en informática, próximo a los servicios secretos (CNI), para buscar correos perdidos de Nóos causó preocupación en el entorno de Torres.

Según la Fiscalía y el instructor, el informático, colaborador del CNI, habría sido contratado por Mario Pascual, abogado del duque, para tratar de recuperar e-mails antiguos de Nóos no hallados por la Policía. Esa tarea se interpreta como una contraofensiva frente a las oleadas de mensajes en los que se menciona a Carlos García Revenga, secretario de las Infantas Elena y Cristina, al Rey y a su amiga Corinna.

Por otra parte, Urdangarín ha recurrido la decisión del juez de pedir datos a Hacienda para saber si se ha beneficiado de la amnistía tributaria. El sindicato Manos Limpias ha solicitado todas las actas de los consejos de administración tanto de Nóos como de Aizoon como medios de prueba "fundamentales en la imputación" de la hija del Rey.