Miles de jóvenes han decidido marcharse de España ante la falta de oportunidades que hay en este país, con sus maletas cargadas de una formación que han adquirido durante años e inspirados por el sueño de encontrar fuera un trabajo digno o con el que, al menos, poder ganarse la vida.

Ahora se han unido en la iniciativa "No nos vamos, nos echan", que promueve el colectivo Juventud Sin Futuro (JSF) y que en su página web aglutina ya más de 4.400 crónicas de emigrantes, en las que indican su nombre, edad, formación y el lugar en el que han recalado, así como el motivo por el que se vieron obligados a abandonar su país para buscarse la vida en otro nuevo.

Desde esta plataforma también han convocado una manifestación el siete de abril, bajo el lema "que se vayan ellos", en referencia a los políticos y a quienes dirigen los mercados, y con el objetivo de protestar por las cifras de desempleo que les han llevado a esta dura situación.

Entre estos testimonios está el de Alejandro, un arquitecto técnico de 31 años, que trabaja en Lagos (Nigeria) y que se define como "exmileurista, contratado 4 horas y trabajando 12".

Desde Londres, Eduardo relata cómo en la cafetería en la que trabaja "nunca han tenido un ayudante de cocina con semejante currículo": es técnico superior en Desarrollo de Proyectos Urbanísticos y Operaciones topográficas y diplomado en Educación en la especialidad de Educación Primaria.

Marta, de 25 años, vive en Lodz (Polonia), donde gana 600 euros al mes como directora de procesos, ya que, como licenciada en Física, era su "mejor alternativa" para ganarse la vida.

Por su parte, Aitor, de 27 años, cuenta que ha decidido marcharse a Pionyang (Corea del Norte) a enseñar castellano, y critica el Plan Bolonia por, en su opinión, obligar a las universidades a impartir las carreras que convienen "a una serie de empresas".

La mayoría de los testimonios apuntan a Europa como principal destino: Reino Unido, Italia, Francia, Bélgica, Alemania o Suecia son los lugares desde los que hablan la mayoría de los emigrantes.

Sin embargo, hay muchos españoles que han recalado en lugares como Maldivas, Senegal, Indonesia, Islandia o Kuwait, constatando que cuando se trata de encontrar un empleo, la distancia no importa.

Y lo cierto es que los aventureros que se atreven a dejar España para encontrar un puesto de trabajo son muy bien recibidos. Precisamente el pasado domingo 24 de febrero, la ministra alemana de Trabajo, Ursula von der Leyen, consideró un "golpe de suerte" la llegada de jóvenes cualificados, especialmente de España, que, según dijo, "rejuvenecen y hacen más creativa e internacional" a Alemania.

De hecho, según el último barómetro del Real Instituto Elcano, el 65 por ciento de los jóvenes dispuestos a emigrar tienen estudios universitarios, lo que el portavoz del PP en la Comisión de Empleo del Congreso, José Eugenio Azpiroz, calificó de "realmente suicida" para el futuro del país.