Las comunidades autónomas mantienen un total de 25 delegaciones políticas ubicadas en diferentes puntos del extranjero, sobre todo en Bruselas, y sólo cinco han atendido al ofrecimiento del Gobierno para integrar sus embajadas en la red estatal de oficinas y así ahorrar costes. Las delegaciones en el extranjero son utilizadas por las comunidades autónomas como vehículo de cooperación política con el país en el que están ubicadas, así como medio de promoción y difusión de su cultura y su lengua.

Sin embargo, la crisis económica cuestionó la existencia de estas embajadas y el ministro de Asuntos Exteriores y Cooperación, José Manuel García-Margallo, ofreció a las comunidades cerrar sus oficinas e integrar su personal en las embajadas españolas.