La Policía Nacional, en colaboración con la Guardia Urbana de Barcelona, ha detenido a 17 personas que formaban parte de una red dedicada a introducir en España a mujeres nigerianas por medio de pateras para después explotarlas sexualmente.

Ambos cuerpos policiales han informado hoy de que la mayoría de las víctimas estaban embarazadas o eran madres de niños de corta edad, lo que les aseguraba su permanencia en el espacio Schengen de la UE, y eran controladas por la banda incluso cuando estaban internadas en centros de acogida.

La investigación policial se inició, precisamente, en el centro de acogida de mujeres inmigrantes de Utrera (Sevilla), cuando los agentes comprobaron que una decena de jóvenes nigerianas mantenían frecuentes contactos con diversas personas ajenas al centro.

A partir de este momento, se puso en marcha una laboriosa investigación que ha conducido a practicar 17 detenciones, llevadas a cabo en Barcelona (2), Badalona (6), Santa Coloma de Gramenet (4), Castellón (2), Móstoles (2) y Alcalá de Henares (1).

Los detenidos son dieciséis personas de nacionalidad nigeriana y otra de Uganda, a los que se han intervenido diversos equipos informáticos, teléfonos móviles, diversa documentación de identidad y algunos contratos laborales falsos, y 3.000 euros en efectivo.

El grupo no estaba estructurado de forma piramidal, como suele ser habitual, sino que se trataba de una red heterogénea de personas especializadas en las diferentes fases de la actividad delictiva, desde que empezaba su captación en tierras africanas hasta que ejercían la prostitución en España.

Para condicionar la voluntad de las mujeres, los detenidos no dudaban en atemorizarlas utilizando diversos rituales de vudú, y contaban con la colaboración de una de las víctimas, que hacía de intermediaria con las otras mujeres.

En el transcurso de la investigación policial, que se inició en enero de este año, los agentes identificaron a miembros de la organización en Barcelona y en otras ciudades próximas, así como en Sevilla, Castellón, Palma de Mallorca, y en Alcalá de Henares y Móstoles.

Algunos de los miembros de esta red cometían, además, hurtos y diversas infracciones administrativas, y también obligaban a sus víctimas a cometerlos, informa la Policía, que indica que los objetos robados eran después enviados a Nigeria.