La corrupción del PP durante el Govern Matas ha dejado atónita a la ciudadanía, al multiplicarse por encima de los cálculos más aventurados. La proliferación de escándalos y el paso del tiempo tiende a confundir los ejemplos de saqueo en una postal sepia -¿se llamaba Ordinas o Vidal?, ¿se apellidaba Rodrigo o De Santos?, ¿la langosta era el plato único de Turisme Jove o del ayuntamiento de Andratx?-.

Por fortuna, los protagonistas de los distintos casos han espolvoreado generosamente su actuación con reglas nemotécnicas. Los signos externos facilitan la comprensión y la memoria histórica, en tinglados económicos que suelen extraviarse por laberintos societarios. En el desván de los recuerdos corruptos, falta averiguar si algún día se consolidará la inserción furtiva en esta lista del fetiche palacete.

De la caja de ahorros a la lata de ahorros. Un escándalo con soprano incorporada posee alicientes sobrados para cautivar a la audiencia, operística o no. Sin embargo, también la modulada voz de Isabel Rosselló se perderá en la distancia, una vez que ha cantado el aria de los manejos con su esposa Antònia Ordinas, en la conselleria de Industria del Govern de costumbre.

El acrónimo CDEIB no contribuye a la claridad, con su enrevesamiento angustioso. Por fortuna, la pareja brindó un servicio inapreciable a generaciones futuras, al esconder una parte del botín en una lata de Cola-Cao. El gesto no sólo resume el Cola-Caos del PP, sino que compendia la voracidad de sus altos cargos. Hasta ahora, los envases metálicos de cacao en polvo se vendían por 20 euros en eBay. El precio aumenta notablemente si contienen 240.000 euros, como en el enésimo y ahora inolvidable caso de corrupción del partido conservador.

´Casa Alfredo´, un establecimiento con encanto. El insaciable Javier Rodrigo de Santos ha servido para calibrar la temperatura febril de la corrupción del PP. El tórrido número dos de Catalina Cirer ha contribuido a la entrada en la leyenda de Casa Alfredo, el prostíbulo donde vació la tarjeta de crédito municipal con tanta largueza como si corriera a su cargo.

La cocaína tampoco había sido hasta la fecha un ingrediente muy publicitado en la corrupción a la española, pero su sordidez química impide etiquetarla como un fetiche al alcance de todos los públicos. A cambio, sólo el clasismo impide que el club de alterne del Terreno -frecuentado por políticos que hoy preferirían olvidarlo- sea incluido en los listados monumentales de Palma, junto a Bellver también en lo geográfico.

La plaga de langosta del Govern Matas. Los responsables del consorcio Turisme Jove cumplieron a pleno rendimiento y satisfacción la función de arramblar con su presupuesto -triplicado anualmente por una Rosa Puig que, por supuesto, no sabía nada-.

Las bolsas de plástico utilizadas para embolsarse las comisiones serían un fetiche suficiente, pero la pregunta de un juez desveló que los altos cargos del PP habían normalizado el consumo de langosta a costa del contribuyente. Este condumio era habitual en otros departamentos no investigados. A falta de evaluar su efecto sobre la ciudadanía, el Govern Matas despobló de crustáceos el mar de Balears.

El ´shopaholic´ de Bitel. Cada nuevo escándalo ayuda a comprender -aunque no necesariamente a disculpar- a sus predecesores. Así, Bitel 2 demostró que Balears ha asistido a la corrupción de los menos necesitados. Tal vez porque comía langosta de nacimiento, el gerente Damià Vidal atribuyó al mantenimiento de su "tren de vida" el meticuloso vaciado de fondos de la empresa pública, a razón de cien mil pesetas diarias y hasta totalizar más de cien millones de las mismas.

Todo ello, tras contribuir con un peritaje impagable a que Matas fuera exonerado de Bitel 1. Ante el juez especificó que no tenía vicios ocultos -lo cual dificultaba encontrarle un fetiche-, aunque su condición de comprador compulsivo o shopaholic lo engarzará para siempre en la historia de la corrupción de Balears. ¿De qué sirve el poder, si no te garantiza un tren de vida? O un AVE, en este caso.

El poni del abuelito Hidalgo. El debut judicial del alcalde de Andratx había levantado grandes expectativas, que no fueron defraudadas. Ninguna estrategia de defensa digna de ese nombre intentaría reblandecer el alma del tribunal asegurando que, una casa ilegal en terreno protegido, estaba destinado al poni de su nieto, "como se estila en Mallorca". Por tanto, el político del PP deseaba que el escándalo en su municipio quedara impreso para siempre en el acervo popular, con la galana figura retórica ecuestre.

Un ´Rasputín´ para un Govern falócrata. El sexo explícito y pagado con fondos públicos está sobradamente documentado en la trayectoria reciente del PP balear. Ahora bien, si el prostíbulo moscovita que inmortalizó una delegación capitaneada por Matas se hubiera llamado Lupanarsky Chochychornya, jamás hubiera alcanzado la difusión planetaria del Rasputín.

El legendario monje propició un reguero de comparaciones fálicas y económicas con los expedicionarios mallorquines. Todos ellos varones, para aclarar el sentido de la ajetreada visita a la capital de las Rusias.

Cardona pasó en Mapau por "malo o tonto". La huella de Josep Juan Cardona en la política balear se reduce a sus reiteradas proclamas de inocencia, ya sea en Operación Mapau o en Operación Cola-Cao.

En el primer escándalo acuñó su autocrítico "no sé si es peor pasar por cabrón o por gilipollas" -para oídos castos, "por malo o por tonto"-, que pautó para siempre el encogimiento de hombros de consellers y presidents del PP en caso de robo. La hamletiana duda entre incendio y naufragio enmarca al político ibicenco, a quien siempre elegían para camuflar la corrupción ajena.

Las cintas imborrables del ´caso Calvià´. El primer escándalo del PP balear con condena firme ingresará en la memoria histórica gracias a unas cintas susurrantes. En ellas se intenta comprar la voluntad de José Miguel Campos, que se vistió con grabadora incluida. La valentía del magistrado Guillem Vidal hizo el resto.

El cheque con ´M.H.´ del Túnel de Sóller. Tras revisar montones de documentación en el caso Inverbroker/Brokerval/Túnel de Sóller, los funcionarios dieron con un cheque en cuyo dorso se habían anotado las iniciales "M.H.", que coinciden sólo casualmente con "Molt Honorable". Un president acabó en el banquillo.

El velódromo más caro del mundo. Siempre innovadora, la corrupción de Balears mira hacia el futuro. El fetiche del Palma Arena radica en la pista más cara del planeta, vigilada por un arquitecto que cobraba demasiado. Continuará.