Pablo Crespo era "el segundo de la organización" sostienen los jueces, fiscales y policías que investigan la trama de corrupción Gürtel que salpica el PP. Y como hombre clave de la conspiración una de sus misiones más delicadas era "el pago a funcionarios púbicos y autoridades" "para obtener tratos de favor o la concesión de eventos a los que se dedica el grupo". Es decir, el ex político gallego era el hombre que repartía los sobres con dinero. Lo suyo, entre otras responsabilidades, como buscar vías para blanquear el dinero, eran los sobornos, y como prueba los policías ponen encima de la mesa la contabilidad B de las empresas de la conspiración Gürtel, que requisaron en las oficinas de estas compañías, en cajas de seguridad de bancos y en sus hogares. En esos papeles, figuran como Correa y Crespo untaban a un buen puñado de políticos para hacerse con contratos. En los 17.000 folios del sumario ya hecho público, consta que el ex número tres del PP gallego habría "entregado" al ex diputado madrileño Alfonso Bosch Tejedor en mano 3.000 euros, 1.500 euros, 84.000 euros, 120.000 y 25.000 euros en otras tantas ocasiones.

También se detallan entregas de dinero "como incentivos y pagos" a favor del ex consejero de Esperanza Aguirre Alberto López Viejo. La investigación sostiene que Crespo "se habría reunido en diferentes ocasiones" con éste último para "darle sobres con dinero", que podrían elevarse hasta 563.000 euros.

Los famosos trajes comprados en Milano a favor del presidente valenciano Francisco Camps, y uno de sus hombres de confianza Ricardo Costa, también habrían sido, según sostiene la Unidad policial de Delitos Fiscales, "pagados por o con autorización de Pablo Crespo".

Las gestiones para comprar un coche de lujo para el secretario general del PP valenciano, Ricardo Costa, estaban en manos del ex político gallego, ahora en prisión, y de Álvaro Pérez, el Bigotes. El segundo, en las conversaciones grabadas por la policía, explica al gallego, al que en suele referirse como Pabliño, cómo quiere el automóvil Costa (tapicería negra, ...) y éste le dice si es posible o no, pues la marca, un Infiniti FX50 valorado en ochenta mil euros, tiene una gama de colores limitada.

Crespo, al que la investigación también atribuye la autoría de la doble contabilidad de las empresas de la trama, entregó 150.000 euros al que fue alcalde de Arganda del Rey Ginés López Rodríguez el 13 de julio de 2007, y éstos no serían el único pago recibido, según consta en la contabilidad B incautada por la policía. A cambio, este ayuntamiento madrileño concedió diferentes contratos públicos a la empresa Easy Concept Comunicación S.L entre los años 2005 y 2007, según el testimonio de un testigo.

La investigación sobre las presuntas actividades delictivas de Correa en Madrid dieron pie a que ahora también esté bajo sospecha la financiación del PP gallego, cuando él era el número tres de la organización, pues se le incautó documentación, donde consta una contabilidad en B de 536 millones de pesetas.

Un sueldo de 2.700 euros y 12 millones en valores en el extranjero

Pablo Crespo confiesa en su declaración ante el juez que es un asalariado que gana 2.700 euros al mes, aunque la policía en una caja de seguridad de una entidad de ahorro en Madrid, para la que sólo estaba autorizada su esposa, requisó extractos de cuentas de valores e inversiones en el extranjero que casi se acercan a los doce millones de euros.

Con una nómina de 2.700 euros al mes, el ex político gallego se permitía el lujo de vivir en la calle Serrano en Madrid, una de las zonas más ricas de la capital. Además la sociedad que comparte con su familia, Cresva, tiene un ático-dúplex de 235 metros cuadrados en Marbella que compró con un cheque por valor de 360.000 euros y un yate, el Parapipi, atracado en el Club Náutico de Altea (Alicante).

Crespo insiste en presentarse como un empleado de las empresas de la trama, pero Francisco Correa, sin embargo, sostiene que es el gallego el que “dirige el cotarro”. El resto de los empleados le señalan como el segundo de la conspiración.