Los temporizadores que activaron los artefactos explosivos colocados por ETA en Palma de Mallorca darán respuesta a la pregunta que se hacen los expertos en la lucha antiterrorista desde el pasado 30 de julio, cuando los terroristas asesinaron a dos guardias civiles: ¿permanecen en la isla?.

Es una pregunta que se hacen sin cesar los servicios de información de las fuerzas de seguridad desde esa fecha y más aún, si cabe, desde ayer por la mañana, después de verificar una llamada anónima en nombre de ETA a Radio-Taxi Guipúzcoa, que, según han informado a Efe fuentes de la investigación, se ha realizado desde Francia. En esa llamada se avisaba de la colocación de varios artefactos explosivos en restaurantes y bares de Palma.

Bombas de escasa potencia, cuyos restos, si los hay, serán examinados con lupa por los investigadores, ya que darán con la clave de dónde pueden estar los etarras que las han colocado y si son los mismos que los que acabaron con la vida de los dos agentes.

Si hay alguna “bomba sana”, “si se recupera alguno de los temporizadores que han activado estas bombas”, según han señalado a Efe expertos en la lucha antiterrorista, se podrá determinar si los etarras las colocaron antes de matar a los guardias civiles, es decir, las programaron para que estallaran en “x” días y luego abandonaron la isla, o por el contrario, si están todavía allí.

Lugar elegido

Será también decisivo para contestar a la pregunta el lugar elegido por los terroristas para colocar estos nuevos artefactos, porque si estaban “bien ocultos, si los habían colocado de forma que fuera prácticamente imposible apreciarlos” su intención habría sido la de que les diera tiempo para escapar, con lo que la hipótesis más probable sería la de que ya estarían fuera.

Si de lo contrario las hubieran situado “de forma chapucera”, en algún lugar visible para los especialistas, la balanza se inclinaría por situar a los etarras todavía en la zona. Las fuerzas de seguridad de momento no cierran ninguna hipótesis.