En una entrevista con EFE, López Aguilar descarta la posibilidad de que José Luis Rodríguez Zapatero se vea forzado a ese adelanto electoral y esgrime que el Ejecutivo es capaz de aglutinar en torno a sí una mayoría parlamentaria que le permita cumplir con los compromisos contraídos con la ciudadanía hasta el final del mandato.

"Ya es hora de que (en el PP) aprendan que el Gobierno de España es cuestión resuelta hace un año, que dura otros tres y que ahora lo que toca es el Parlamento Europeo", proclama para recriminar al PP que juegue con la hipótesis de un adelanto electoral a sabiendas de que son cuestiones que no están relacionadas.

No sólo no está en juego el Gobierno, sino que, a su entender, el Ejecutivo de Zapatero "no merece castigo, porque "está haciendo su trabajo en una situación dificilísima", y lo hace "siendo coherente con los principios y valores de los socialistas, arrimando el hombro frente a la crisis con los que menos tienen".

Su diagnóstico es que el PP ha tomado la decisión en esta campaña electoral de "volcarse monotemáticamente" sobre la política nacional, lo que encierra un "revelador desprecio" hacia Europa.

Un "desprecio" también, según López Aguilar, hacia el entendimiento de la ciudadanía, que "sabe bien que lo que está en juego el 7 de junio no es el Gobierno de España ni la política española, sino la Europa que viene".

Frente a ese comportamiento, ofrece una campaña electoral de explicación, para delinear los proyectos políticos alternativos y confrontados en la arena española y en la europea y para distinguir las diferentes respuestas ante la crisis.

López Aguilar se compromete a desarrollar una campaña movilizadora y participativa, persuadido de que los valores del socialismo "son los mayoritarios" y de que "cuánto peor estaría siendo todo para quienes lo están pasando mal" si el PP hubiese ganado las últimas elecciones generales.

"Va contigo, realmente te afecta", se ha propuesto decir a cada elector para explicarles que el Parlamento Europeo "no es una instancia remota ni una galaxia exterior".

Comprometido con que se vea "la luz al final del túnel cuanto antes", se propone emplearse "a fondo" y "sudar la camiseta" para que los españoles sepan perfectamente que es lo que está en juego.

Respecto a la posible abstención, más elevada que en otro tipo de elecciones, promete "un esfuerzo muy activo, concienzudo y de explicación" para motivar que los electores acudan a votar.

Tiene también palabras de elogio para Ramón Jáuregui, número dos de una candidatura que, según recalca, no ha elaborado él, sino que es fruto de "una decisión colectiva".

"Yo le refuerzo lo mismo que él me refuerza a mí, y los dos reforzamos a todos. Es un trabajo y una responsabilidad compartida", juzga, y asume estar en la cabecera como "un depósito de confianza y de enorme responsabilidad".

Contrasta que mientras el PSOE ha hecho pública su candidatura "de forma madrugadora", el PP todavía no ha desvelado su lista, aunque anota que en ese partido "desde siempre el método es mucho más dactilar que participativo".

Bajo su prisma, los debates televisados son un buen foro para exponer los programas de cada partido y por eso formula un deseo: "ojalá se multipliquen, porque creo que ilustran a la opinión pública y la ayudan a formarse un juicio".

Del debate sobre el estado de la Nación, que se adelantará a mayo para que se celebre antes de las elecciones europeas, interpreta que se trata de "una normalización de la actividad parlamentaria, en paralelo y en conjugación con las citas electorales que el calendario depare".

Alega, en este contexto, que los españoles están llamados con frecuencia a las urnas, de manera que una cita electoral no debe distorsionar un calendario parlamentario consolidado, que ya viene fijando normalmente en primavera el debate sobre el estado de la Nación.