El ex ministro de Defensa, Federico Trillo, admitió ayer ante el juez de la Audiencia Nacional Santiago Pedraz que el Gobierno no realizó en su día ninguna investigación propia sobre la muerte del cámara de Telecinco José Couso, ocurrida durante la guerra de Irak a causa de un ataque de las tropas de EE UU. El dirigente popular realizó esta declaración en calidad de testigo en un cuestionario remitido recientemente al magistrado en el marco de su investigación sobre la muerte del cámara el 8 de abril de 2003, hace ahora seis años.

“El Gobierno de España no podía desarrollar, ni en ese momento ni en momentos posteriores, ninguna investigación propia en la ciudad de Bagdad, tomada por las fuerzas norteamericanas y británicas desde esos días hasta muchos meses después”, reconoce Trillo en el cuestinario en el que responde a las preguntas formuladas por las distintas partes personadas en el proceso.

Esta contestación se ha producido hace tan sólo unos días después de que el juez Pedraz le reiterase a él y a la también ex ministra de Exteriores Ana Palacio hasta en tres ocasiones su obligación de contestar a sus requerimientos.

En otro momento del interrogatorio, Trillo responde a una de las cuestiones insistiendo que su intervención “para la protección de los periodistas españoles se produce a partir de la muerte de los periodistas Julio Anguita Parrado y José Couso, porque hasta la fecha España no tenía capacidad alguna por no ser parte combatiente en el conflicto”.

Concretamente, la representación legal de la familia Couso remitió al ex ministro un cuestionario con cinco preguntas en las que recuerdan una declaración a la prensa de Trillo en la que aseguraba que “conocían con antelación que el Hotel Palestina fue declarado objetivo militar”. “¿Comunicaron esa información a los periodistas alojados en hotel? ¿Trasladaron a sus aliados norteamericanos que ese hotel era un objetivo civil donde se hacinaban la totalidad de los periodistas españoles a los cuales ustedes debían tutelar?”

Trillo responde a estas preguntas alegando que “toda la información que se pudo recabar de las autoridades de Defensa de EE UU sobre el hotel se produjo con posterioridad a la trágica muerte de José Couso”.

“El Gobierno de España no tenía capacidad ni posibilidad alguna de tutelar a los corresponsales españoles presentes en el conflicto puesto que en ningún momento tuvimos fuerzas combatientes ni de intervención”, añade Trillo. “Es sobradamente conocido el carácter rigurosamente secreto de los planes de operaciones de EE UU.”, dice en otro momento del cuestionario.

Además, la familia del cámara fallecido preguntó al dirigente popular las razones por las cuáles dio por válidas las distintas versiones sobre el incidente ofrecidas por EE UU. “Nunca me he pronunciado acerca de la validez o la invalidez de las versiones dadas por el Gobierno estadounidense sobre el ataque”, responde Trillo, quien asegura que “se trató de un gravísimo error, cuyas causas debían investigarse por las autoridades norteamericanas”.