No han sido pocas las veces en las que tanto públicamente como en conversaciones más distendidas con compañeros de su partido o con periodistas, Zapatero ha destacado la valía y las virtudes de este diputado nacido en Bilbao 33 años atrás y que hace siete vivió en primera persona la barbarie de ETA.

Militante de las Juventudes Socialistas, en febrero de 2002 una bomba lapa colocada en la parte delantera de su vehículo segó su pierna izquierda y su trayectoria deportiva cuando jugaba en el club UPV-Bizkaia, de segunda división nacional de voleibol.

Esa trágica vivencia reafirmó su compromiso político con los socialistas vascos y en diciembre de ese mismo año fue elegido secretario general de las Juventudes Socialistas.

Siempre con el total aval de Zapatero, en los comicios generales de 2004 fue elegido diputado por Vizcaya tras ocupar el puesto número tres de la candidatura, y en el Congreso desempeñó el cargo de portavoz de su grupo en la Comisión de Cooperación Internacional para el Desarrollo.

Un cargo que renovó en la actual legislatura al ser elegido de nuevo diputado tras encabezar en las elecciones de marzo de 2008 la lista del PSOE en Vizcaya.

Pero en esta ocasión ya sumaba una responsabilidad más en el organigrama del PSOE al haber ser incluido por el jefe del Gobierno y secretario general del partido como vocal de la Ejecutiva socialista nacida del Congreso Federal celebrado en julio del año pasado.

Fue un paso más en su ascenso político y previo al que hoy ha anunciado Zapatero en la reunión con sus diputados, senadores y europarlamentarios al desvelar que sustituirá a Ramón Jáuregui en la secretaría general del grupo socialista del Congreso tras decidirse que éste irá de número dos en la candidatura para las elecciones europeas.

"Eduardo Madina es un compañero excepcional por su valía, carácter y talante, y debemos sentirnos muy orgullosos de poder promover a personas tan jóvenes y con tanto futuro", ha dicho Zapatero al hacer ese anuncio.

Hoy, no parece que vaya a haber sitio para la tristeza en Madina.

Algo muy distinto de lo que en el juicio celebrado en 2006 contra quienes le eligieron como víctima de su acción terrorista, dijo sentir en aquel momento: "en mi casa se hizo de noche y una sombra de pena y tristeza envolvió a mi familia".

De hecho, su madre murió diez meses después de aquel atentado de un infarto que Madina siempre ha achacado a lo sucedido.

Galardonado con el Premio Promesa 2002 y el Premio Tomás Meabe a la Tolerancia, este licenciado en Historia fue distinguido en 2003 con la medalla de la Orden al Mérito Constitucional, que rehusó recoger meses después por la utilización que, en su opinión, estaba haciendo el PP del terrorismo como "arma electoral".

El nuevo secretario general del grupo socialista no llega a esa responsabilidad en un momento fácil debido a las crecientes dificultades de su partido para no quedarse solo en las votaciones en el Congreso.

Ahí tendrá que hacer uso de una de las virtudes que destacan de él quienes más le conocen, el diálogo. Una prueba de fuego para una trayectoria política que puede tener aún mucho recorrido por delante.