Desde que a las nueve de la mañana se ha reabierto el velatorio, hay un goteo incesante de personas que acuden al lugar para tratar de reconfortar a la familia Uría y transmitir sus condolencias.

Pese a la lluvia incesante de esta desapacible jornada, son muchos los vecinos de Azpeitia que han querido acercarse a este lugar, ubicado en una de las entradas a Azpeitia y cuyo acceso por carretera se encuentra cortado por la Ertzaintza en las inmediaciones del tanatorio para evitar aglomeraciones de tráfico.

Tras las visitas institucionales y de representantes de todos los partidos políticos democráticos, ya ayer por la tarde los vecinos pudieron entrar al velatorio y hoy también son los amigos y conocidos de la familia quienes han acudido a dar su adiós a Ignacio Uría.

El nuevo secretario general de ELA, Adolfo Muñoz, acompañado por otros representantes de este sindicato, mayoritario en el comité de empresa la constructora que dirigía la familia del fallecido, Altuna y Uría, han sido las únicas caras conocidas que han desfilado por las instalaciones funerarias, en las que hay un constante entrar y salir de gente.

Dos de estos ciudadanos, proveedores de la compañía de Ignacio Uría, uno de ellos de Hernani y otro de Idiazabal, a quienes unía una "amistad de muchos años" con el empresario asesinado por ETA, han salido del velatorio muy impactados.

"Nos ha dado mucha pena la mujer. Está destrozada y sufriendo una barbaridad". "Esto es una cosa increíble", han comentado.

Entre furgonetas con flores o unas religiosas que iban a rezar por la víctima, también ha visitado el tanatorio una mujer, amiga de la viuda y vecina de Azpeitia, que ha comentado a los periodistas que la familia Uría "está muy apoyada y respaldada por mucha gente porque todo el mundo les quiere mucho".

Ha puesto de relieve que, pese al estatus económico y social que han alcanzado, "eran muy cercanos y sencillos" con vecinos, amigos y con los trabajadores y ha vaticinado que, aunque está muy arropada, "para Manoli va a ser muy difícil salir adelante".

Muchas de las personas que acuden al velatorio declinan hacer declaraciones a los numerosos medios de comunicación apostados frente al edificio, aunque otro matrimonio se ha prestado a responder a los periodistas para constatar que lo ocurrido "es un mazazo. Es tremendo que ocurran estas cosas con gente de bien", han afirmado.

"Es terrible que desde hace 33 años haya gente en el País Vasco amenazada, que no hace otra cosa más que trabajar, trabajar y trabajar", ha añadido con rabia la mujer.

Entre tanto, el desfile de vecinos continúa y se prolongará durante toda la jornada hasta que el féretro sea conducido esta tarde a la iglesia parroquial, donde el obispo de San Sebastián oficiará el funeral de cuerpo presente y posteriormente tendrá lugar en la intimidad el entierro en el cementerio de Azpeitia.