Lindgren, que dijo que se encontraba en Barajas cuando ocurrió el siniestro del vuelo JK5022 el pasado 20 de agosto, señaló que aún se desconocen sus causas porque el informe final de la comisión de investigación no está concluido y declinó opinar sobre las especulaciones relacionadas con la responsabilidad del piloto y un posible fallo técnico.

Manifestó que comprende la frustración que sienten los familiares de las víctimas, porque quieren saber lo antes posible qué fue lo que ocurrió, e insistió en que nadie puede decir aún con seguridad qué sucedió, en una entrevista-coloquio que ofreció en la capital grancanaria.

Consideró que la comisión debe trabajar con cautela para hallar las causas y sostuvo que el deseo de conocer la raíz de lo ocurrido "es un problema" que afecta también a los empleados de la compañía.

En cuanto a la situación de la aerolínea, destacó que se está llevando a cabo el plan de reestructuración como estaba previsto y que no tienen en proyecto reducir sus destinos en 2009, aunque sí habrá que reducir las frecuencias.

Con la remodelación se han retirado del servicio quince aviones, las bases se han reducido de siete a dos, que se ubican en Madrid y Barcelona, y además se despedirá a otras 900 personas el próximo año.

Explicó que intentarán reducir las rutas que no son rentables y que, con todas estas medidas, la compañía, aunque tendrá pérdidas en 2008 y 2009, podrá obtener beneficios en 2010.

Sostuvo que si Scandinavian Airlines Systems (SAS) ha decidido hacer un esfuerzo inversor en Spanair, su filial española, es porque su "viabilidad está fuera de duda".

Asimismo, destacó que la compañía ha logrado recuperar el pasaje perdido a causa del accidente, y que las encuestas hechas en los meses de septiembre y octubre a los viajeros de las compañías que operan en España señalan a Spanair como la que más satisfacción genera.