Más de 200 inmigrantes intentaron atravesar por la fuerza la frontera de Melilla, a través del paso de Beni Enzar, en dos avalanchas que causaron heridas leves a varios agentes de la Guarcia Civil, la Policía Nacional y la Policía marroquí, que utilizaron material antidisturbio y gases lacrimógenos para frenar el acceso de los subsaharianos, informaron a Europa Press fuentes policiales.

En concreto, dos guardias civiles sufrieron contusiones y otros seis más y un policía nacional tuvieron que ser atendidos por inhalación de gases lacrimógenos, según informó la Delegación del Gobierno de Melilla, que aseguró que todos están "en buen estado de salud y se han reincorporado ya al servicio".

El primero de los dos asaltos a la valla, en el que participaron unas 150 personas, tuvo lugar sobre las cinco de la mañana, mientras que el segundo, con otros 60 inmigrantes, se produjo sobre las ocho.

Según la Delegación del Gobierno, en el primero de los intentos, la "rápida actuación" de los efectivos de seguridad españoles, que cerraron las puertas del control fronterizo, impidió que el grupo de subsaharianos alcanzara su objetivo.

Sin embargo, en el segundo, fue "necesario" que los agentes lanzaran gases lacrimógenos "para hacer desistir a los subsaharianos de su acción". Además, en esta ocasión, también actuó la Gendermaría marroquí con material antidisturbios. Según fuentes policiales, los inmigrantes iban "armados con palos, piedras y ladrillos".

Las fuerzas de seguridad de ambos países fueron alertadas por un helicóptero de la Guardia Civil, que sobrevoló la zona en todo momento, como hizo en las anteriores avalanchas ocurridas desde que el 26 de octubre se produjeran unas inundaciones en Melilla que echaron abajo parte de la alambrada y afectaron a los sistemas de seguridad de la frontera.

La "agresividad" que mostraron los inmigrantes, apuntaron las citadas fuentes policiales, fue decisiva para que los agentes utilizaran pelotas de goma y botes de humo para hacer frente a la avalancha humana. El número de heridos entre los inmigrantes se desconoce, ya que prácticamente todos fueron repelidos en la misma frontera y todo parece indicar que ninguno de ellos consiguió su objetivo de entrar a la ciudad española.

Siete avalanchas en dos semanas

Este es el grupo más numeroso de los que ha intentado acceder a la ciudad española del Norte de Africa desde que la mañana del 27 de octubre se produjera el primer intento.

Así, desde las inundaciones del pasado 26 de octubre, que destrozaron más de 30 metros de la valla y bloquearon las compuertas del arroyo Mezquita, se han producido al menos siete avalanchas de irregulares, de las que las cinco primeras fueron repelidas por las fuerzas españolas con la colaboración marroquí en tres de ellas, y las otras dos fueron abortadas por la Policía del vecino país, ambas el pasado fin de semana.

El Gobierno reforzó el pasado lunes 3 de noviembre con 36 nuevos guardias civiles, procedentes de Sevilla, las tareas de vigilancia y control en la valla fronteriza de Melilla. Un portavoz gubernamental indicó entonces que el tiempo de estancia de los Grupos Rurales de Seguridad "será el que se estime necesario para garantizar una correcta impermeabilización del perímetro fronterizo".