Una vez que se confirmó el pasado viernes la presencia de España en esa cumbre, Zapatero ordenó que se intensificara el trabajo para preparar la posición española en la misma.

Un trabajo que ya estaba en marcha desde hacía días, según fuentes del Gobierno consultadas por EFE, debido a que desde que se convocó la cita, existía el convencimiento de que Zapatero acudiría a la capital estadounidense.

Por ello, se asegura que no va a haber ninguna improvisación en los argumentos que defenderá España en Washington.

El Ministerio de Economía y la Oficina Económica de la Presidencia del Gobierno, dirigida por Javier Vallés, están llevando el peso en la preparación de los documentos y propuestas que planteará Zapatero.

Pero las fuentes citadas aseguran que el jefe del Ejecutivo desea conocer también de primera mano los argumentos de la oposición, de los agentes sociales, de las entidades financieras y de una serie de expertos económicos para cerrar las propuestas españolas en el G-20.

Con ese objetivo, Zapatero ya anunció ayer que se reunirá en los próximos días con Mariano Rajoy y con representantes de esos colectivos.

Responsables de protocolo del Palacio de la Moncloa viajarán también de forma inmediata a Washington para cerrar una serie de detalles en torno a la presencia de Zapatero en la cumbre.

Las fuentes del Gobierno destacan la labor diplomática que España desplegó desde que se convocó la reunión para que se viera cumplida la aspiración del jefe del Ejecutivo de estar presente en ella.

En esa labor sitúan en lugar prioritario las gestiones que ha hecho el propio Zapatero, así como el ministro de Asuntos Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, y una serie de representantes diplomáticos españoles.

Pero dan también especial importancia al trabajo desarrollado por el secretario general de la Presidencia del Gobierno y ex secretario de Estado de Asuntos Exteriores, Bernardino Léon.

La llegada de León a Moncloa para coordinar y organizar la actividad del jefe del Ejecutivo es considerada como una de las claves que está potenciando el papel de Zapatero en la política exterior española.

Respecto a la posibilidad de que la presencia de España en el G-20 sea sólo eventual, ya que es consecuencia de que Francia cede una de las dos sillas que ahora le corresponden en ese grupo (como presidente de turno de la UE y como integrante del G-8), el Gobierno recalca que existe "voluntad de permanencia".

"Lo prioritario en este momento era estar en la cita ya fijada, y más adelante ya se verá qué otras gestiones habrá que realizar", señalan las fuentes consultadas, que repiten que la presencia de España está "más que justificada" tanto por su peso político como económico y por el hecho de que cuente con un solvente sistema financiero.

En todo caso, insisten en que la reunión de Washington "no es ningún punto de llegada", sino que, como ha expuesto en varias ocasiones Zapatero, se trata sólo del primero de una serie de hitos que han de desembocar en una reforma consensuada del sistema financiero internacional.

Para esa reforma, Zapatero ya ha adelantado algunas recetas básicas: exigencia máxima de transparencia y de supervisión, más control de la actividad financiera y reforma del Fondo Monetario Internacional.