Una reunión de acuerdos y frutos". Así es como resumió el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, su encuentro de hoy con Mariano Rajoy del que como máximo logro salió el acuerdo para renovar en septiembre el Tribunal Constitucional y el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ). Lo que la reunión no logró fue acercar las posturas de Gobierno y oposición sobre economía y las recetas para dar respuesta a la crisis.

Zapatero mostró su oposición frontal a la restricción del gasto público que propuso el líder del PP, ya que, según dijo, afectaría a algunos compromisos de gasto social en un momento en que "la situación presupuestaria está dentro de los mejores tiempos de la democracia". Por su parte, Rajoy volvió a criticar la inacción del Gobierno de Zapatero que, dijo, "se empeña en creer que las cosas se arreglan solas".

La primera reunión de la Legislatura entre Zapatero y Rajoy, que no se encontraban en Moncloa desde hace más de un año, terminó después de poco más de horas de las que salieron "acuerdos y desacuerdos", pero que de cara a la galería dejó formas mucho más conciliadoras que en otras ocasiones, enterrando así la etapa de "crispación" que caracterizó la pasada legislatura. Fue el propio presidente del Gobierno el que compareció tras su encuentro con Rajoy para confirmar que en su relación con el PP y con su líder "las cosas han cambiado".

Un cambio que Zapatero calificó de "normal" ya que de la legislatura anterior a la actual lo que ha cambiado principalmente es que "los ciudadanos han votado" y han vuelto a otorgar su confianza al PSOE. "¿Cabe augurar un clima político más sosegado como piden los ciudadanos? Mi opinión es que sí", afirmó el presidente que de su reunión con Rajoy salió con 'los deberes' hechos: con un acuerdo sobre Justicia y un pacto para renovar el Constitucional y el CGPJ. Un pacto que, según se cansó de repetir los días previos al encuentro, era su máxima prioridad.

"Es una muy buena noticia para la fortaleza y el buen funcionamiento de las instituciones", afirmó Zapatero que aseguró que no habló con Rajoy de qué personas ocuparán cargos en el CGPJ y en el Constitucional, sino solamente de "criterios". Criterios que no quiso desvelar, ya que sería "procedimentalmente absurdo" precisarlos ahora y emplazo a todos hasta después de agosto. En todo caso, Zapatero destacó que los nuevos vocales del CGPJ deben tener "la máxima profesionalidad" y, además, reveló que ha sugerido a Rajoy que la propuesta de renovación que se presente "sea equilibrada" entre hombres y mujeres.

El acuerdo sobre Justicia entre Gobierno y PP también recoge la necesidad de modernizar la Administración de Justicia para hacerla "más eficaz y más ágil" y afrontar a algunos cambios legislativos en lo que se refiere a los "delitos más graves" y, concretamente, elevando las penas para los delitos sexuales y con la creación un registro de pederastas.

Un punto en el que la alarma generada en torno al caso de la niña Mari Luz, presuntamente asesinada por un pederasta que debía estar cumpliendo condena, y la reciente condena, a todas luces insuficiente, para el pederasta conocido como 'Nanisex', han ayudado decisivamente a alcanzar un acuerdo. En este sentido, el líder del PP reconoció que "la pésima situación de la justicia" es una de sus "principales preocupaciones" y quiso dejar claro que a pesar de los pactos puntuales no se ha llegado a un acuerdo global sobre el modelo de la Justicia.

La crisis

Con los acuerdos sobre Justicia y lucha antiterrorista encima de la mesa, llegó el punto de máxima tensión de la reunión que como era de esperar fue la economía, el tema estrella de los 100 días que llevamos de Legislatura que se quedó sin acuerdo. "Hay que tomar medidas urgentes contra la crisis porque creo que hay una crisis económica, y el presidente del Gobierno cree que no", afirmó Rajoy desde la sede central del PP en Génova donde compareció para dar cuenta de su encuentro con Zapatero después de ver como el jefe del Ejecutivo rechazaba su propuesta de limitar el crecimiento del gasto público al 2% en 2009, que supondría un ahorro de 2.000 millones de euros.

"El Gobierno no es partidario de esa constricción del gasto porque afectaría a la subida de la retribución de los empleados públicos, a la capacidad y necesidad para las pensiones mínimas y al desarrollo y aplicación de la Ley de Dependencia", afirmó Zapatero que exigió "coherencia" a Rajoy, ya que, según dijo, el acuerdo para la modernización de la Justicia que ambos han acordado implica un incremento del gasto en los capítulos 1 y 2 (personal y gastos corrientes).

"No se puede pedir con una mano que se reduzca el gasto público y con otra que se aumente el gasto en Justicia o que el AVE llegue a todas las capitales de provincia", espetó el presidente que se quejó de que Rajoy "no ha aportado una idea que pueda ser novedosa" o que pueda "tener trascendencia" para la política económica del Gobierno que, en este "periodo de dificultad" se fundamentará en tres pilares: "rigor, trabajo y política social".

Las recetas de Rajoy

Pero Rajoy defendió a ultranza las virtudes de su "plan de austeridad" para las administraciones públicas, que consideró "capital" para luchar contra el desempleo y la subida de los precios y generar confianza. Además, el líder del PP dio un repaso al resto de sus recetas contra la crisis entre las que destacó su apuesta por incrementar la deducción en el IRPF por inversión en vivienda habitual al 25% --frente al 15% actual-- y aumentar la base de la deducción a 10.000 euros, con el fin de ayudar a las familias a pagar las hipotecas. También en materia fiscal, reiteró la propuesta del PP de rebajar al 20% el tipo del Impuesto de Sociedades que pagan las pymes porque, según dijo, lo están pasando "mal" y son las que crean el 80% de los puestos de trabajo.

"Necesitan un mensaje nítido, claro y entendible de apoyo decidido", proclamó Rajoy que reconoció que Gobierno y PP tiene una visión muy distinta sobre la situación económica y criticó que Zapatero "se empecine en el diagnóstico que tiene de la crisis y se empeñe en creer que las cosas se arreglan solas". "La obligación del Gobierno es gobernar y explicarles a los españoles qué está pasando", sentenció.