El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, y el líder del PP, Mariano Rajoy, se reunirán el próximo 23 de julio con la intención de dar un empuje a cuestiones como el terrorismo y la renovación de los órganos judiciales, según informaron a Efe fuentes del Ejecutivo.

Zapatero se puso en contacto con Rajoy para cerrar esta entrevista en la que seguramente, añadieron las mismas fuentes, abordarán también la financiación autonómica y la evolución de la economía española.

Según las fuentes del Gobierno, el principal objetivo del encuentro será analizar la lucha antiterrorista y la marcha de las conversaciones entre PSOE y PP para renovar las vacantes del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) y el Tribunal Constitucional (TC).

Tanto el presidente del Gobierno como el líder de la oposición habían mostrado su interés en reunirse durante las elecciones pero la cita se ha ido retrasando hasta el mes de julio por problemas de agenda. Ambos dirigentes han preferido esperar a que se celebrasen los congresos del PP y del PSOE, en los que han sido ratificados como líderes de sus respectivos partidos políticos para cerrar la fecha de esta entrevista.

Fuentes del PP también han confirmado la fecha del encuentro, que se produce tres meses después de la investidura el pasado mes de abril de Zapatero como presidente del Gobierno por segunda vez consecutiva.

Se trata de la novena reunión que mantengan desde el año 2004 y la primera que celebren en esta legislatura.

La última reunión que mantuvieron Rodríguez Zapatero y Rajoy fue el 11 de junio de 2007, en la que ambos dieron por sentadas las bases para intentar recuperar paulatinamente y sin condiciones la confianza mutua y la unidad frente a ETA tras el anuncio de la ruptura del alto el fuego por parte de la banda terrorista.

Una confianza que en este último año no han conseguido alcanzar, aunque tras las elecciones del 9 de marzo existe una mayor predisposición por ambas partes para el consenso.

Con anterioridad se habían reunido el 8 de enero del año pasado, nueve días después de que ETA colocara una furgoneta bomba en el aparcamiento de la T-4 del aeropuerto de Barajas, una explosión que costó la vida a dos ciudadanos ecuatorianos.