No le llamaran crisis pero algo hay, como prueba que el presidente del Gobierno haya concluido su primera intervención ante los casi mil delegados que asisten a este encuentro político animándoles a trabajar, pero no haya podido evitar el añadido: "también conviene que consumáis".

Y es que la situación económica ha estado presente en todas las intervenciones. Los socialistas defienden el optimismo, sospechan que la derecha exagera y que lo hace para justificar recortes sociales.

Frente a ello, y sin hablar nunca abiertamente de crisis, los distintos dirigentes del PSOE que han ido hoy tomando la palabra se han encargado de asegurar que por muy "chunga" que se ponga la cosa, las pensiones y la protección social está garantizada.

El secretario de Organización, José Blanco, habla de "algunas dificultades" y de "estos tiempos difíciles"; el presidente del Congreso, el extremeño Guillermo Fernández Vara, dice: "ahora, que las cosas van menos bien", y Manuel Chaves no define la situación actual pero la compara con la de 1992 y añade que de aquella "crisis" salimos más fuertes, como ocurrirá ahora.

Otra idea que ha planeado por toda la jornada ha sido el recuerdo del congreso que hace dos semanas celebró el PP en Valencia, que básicamente se diferenciaba de este en que lo que allí era azul aquí es rojo y en que, si en Valencia repartían gratis el ABC y La Razón, aquí lo que hay es El País y Público.

Pepe Blanco, ya desde el inicio, ha comparado -más bien confrontado- los dos congresos y se ha dedicado a criticar al presidente del PP, al que ha desdoblado en "Mariano" y "Rajoy" y ha dicho que el uno no piensa lo mismo que el otro.

Los socialistas no se creen los nuevos aires en el principal partido de la oposición y desconfían de la imagen de renovación en el PP que, según Zapatero, se dedica a disfrazarse, y a dar giros y saltos, mientras que el PSOE lleva 129 años con el mismo nombre y la misma ubicación: la izquierda.

Como queriendo marcar distancias con lo que ocurrió en Valencia, aquí Zapatero ha entrado en el pleno acompañado de Felipe González y la plana mayor del PSOE, pero si el secretario general del PSOE no tiene un ex presidente del Gobierno que le tire de las orejas, sí que tiene un ex barón autonómico para hacerlo.

El ex presidente de Extremadura, Juan Carlos Rodríguez Ibarra, ha vuelto a colarse entre los protagonistas con sus declaraciones en las que sostenía que la renovación que se pretende en la Ejecutiva está muy bien, pero que no tendría sentido poner a dirigir el partido a bebés "de tres meses y medio".

Rodríguez Ibarra cree que los líderes regionales del PSOE son "lo mejor de cada casa" y que dejarlos fuera de la dirección -como parece que se hará- significa, por tanto, no contar con los mejores.

Que la digestión de la Eurocopa de fútbol iba a ser larga y pesada estaba fuera de dudas y hoy ha vuelto a aparecer de la mano del canciller austríaco -anfitrión de la gesta futbolística española- y del propio Zapatero, quien ha aprovechado las celebraciones para defender que la bandera es de todos y la lengua, también.

La jornada sigue a puerta cerrada y con tono austero, hasta el punto de que el presidente del Congreso pedía "economía de aplausos" cuando daba lectura a una larga lista de invitados.

Hablando de estrecheces, la organización asegura que la superficie ocupada para este congreso ronda los 9.000 metros cuadrados, pero entre los periodistas cunde el escepticismo, ya que andan un tanto apiñados.