Según dijeron a Efe fuentes policiales, los dos miembros del comando Asier Bengoa y Saioa Sánchez, que fueron capturados cuatro días después del crimen y están encarcelados, se negaron a acudir a Capbreton para participar en la reconstitución de los hechos.

El tercer miembro del comando sigue fugitivo. Los servicios de la lucha antiterrorista española sospechan que se trata de Aitzol Iriondo, considerado como un destacado miembro del aparato militar de ETA, pero la investigación no ha podido confirmarlo hasta el momento, indicaron las fuentes.

Bengoa y Sánchez también se habían negado a participar hace dos días en la reconstrucción del secuestro de una conductora en Haut-Mauco, en el suroeste francés, a la que los etarras robaron su coche en su fuga el día del crimen.

El vehículo, un Peugeot 307, apareció a finales de abril pasado, abandonado en un aparcamiento cerca de Burdeos.

A la reconstrucción del crimen en Capbreton, asisten los jueces antiterroristas parisinos Laurence Le Vert, Yves Jannier y Edmond Bruneaud, que instruyen el sumario, así como el responsable de la Subdirección Antiterrorista (SDAT), Frédéric Veaux, todos los agentes que se personaron en el lugar de los hechos el 1 de diciembre, y los expertos de la policía científica.

Está previsto que la reconstitución del crimen, protegida por un perímetro de seguridad, se prolongue todo el día.

Todos los testigos han sido convocados, entre ellos las personas que estaban en la cafetería del centro comercial de Capbreton donde los dos guardias civiles y el comando de ETA coincidieron esa mañana por casualidad, según dijeron entonces las autoridades.

Los dos guardias civiles, Raúl Centeno y Fernando Trapero, que participaban con colegas franceses en una misión de vigilancia contra ETA, fueron tiroteados por los etarras en el aparcamiento del centro comercial cuando subían a su coche del Ministerio francés del Interior.

Centeno, de 24 años, murió en el acto, mientras que Trapero falleció el 5 de diciembre en un hospital de Bayona, ciudad vascofrancesa que dista unos 25 kilómetros de Capbreton.

El asesinato por ETA de los dos guardias civiles en Francia no tenía precedentes y llevó a los dos países a reforzar su cooperación contra la banda con la creación, el pasado enero, de equipos conjuntos permanentes de agentes de los servicios de información policiales.