El líder del PP, Mariano Rajoy, calificó hoy de "broma" las medidas que ayer anunció el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, para hacer frente a la crisis económica y exigió un plan de "austeridad en serio", como recetas como las que aplicó José María Aznar en 1996, y no con propuestas "de cara a la galería". Además, apostó por la liberalización de la economía y por bajadas de impuestos.

Así lo aseguró en el Foro ABC, donde pronunció este mediodía una conferencia ante la plana mayor de PP, entre ellos, el presidente fundador, Manuel Fraga; la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre; el alcalde de Madrid, Alberto Ruiz Gallardón; la secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal; o el portavoz del PP en el Senado, Pío García Escudero.

Rajoy señaló que se "se necesitan soluciones, referencias y certidumbres" y advirtió de que "ha llegado el momento de tomarse las cosas muy en serio" porque "con buenas palabras y disimulo no se hace frente a las crisis". En su opinión , en tiempos "difíciles" hay que "dejar a un lado las políticas de diseño para ponerse a trabajar con la camisa remangada".

El Gobierno "carece de reflejos"

En este sentido, y dirigiéndose al Ejecutivo, indicó que hay que "estar dispuesto a encajar y pasarlo mal a la hora de tomar decisiones y dar soluciones a los problemas de la gente" y "empezar cuanto antes" porque "ya no vale seguir negando la evidencia". A su juicio, el Gobierno está "sobrepasado por los acontecimientos", "carece de reflejos" y en su seno la dirección económica y el peso político "no estás claros". "No sabemos quien es el patrón del timón en política económica", proclamó.

Aunque aseguró que hay "otra forma de hacer las cosas", como la que permitió "salir de la crisis en 1996", afirmó que ahora la situación es "bien diferente". "Estamos en una crisis no sólo económica, sino de confianza en nosotros mismos", advirtió, para añadir que la situación actual recuerda que "no se puede vivir de la inercia" y que todo modelo económico "se tiene que adaptar y reinventarse a sí mismo", para perfeccionarse y hacerse más eficiente.

Rajoy insistió en que España vive "una difícil realidad económica" que "ya nadie puede negar". De hecho, recalcó que ayer mismo Zapatero no tuvo más remedio que endurecer su lenguaje "acuñando un nuevo concepto para eludir la palabra crisis" y hablando de "intenso deterioro económico".

Para el líder de la oposición, se realiza un análisis "equivocado" si se centran las causas de la crisis únicamente en los factores externos, como la subida del precio del petróleo y los alimentos, o la crisis financiera. Según dijo, estos factores han catalizado la actual situación pero "para entender lo que pasa es necesario mirar hacia dentro", porque en los últimos años se ha aumentado el déficit exterior y "ha faltado austeridad en el gasto público", que ha crecido a una tasa del 9 por ciento anual.

"Ayer el Gobierno nos anunció un Plan de Austeridad. La rectificación sería bienvenida si realmente tuviese contenido. Sin embargo, el propio Zapatero reconoce que el plan tiene impacto limitado", dijo el líder del PP, quien exigió un plan de austeridad "en serio" y recordó que Aznar propuso un plan de ahorro de 200.000 millones de las "antiguas pesetas" y el que ha planteado el PSOE supone unos 3.000 millones. Por eso, cree que las medidas son "una broma" y "claramente insuficientes", en un diagnóstico "tardío e incompleto".

Es más, resaltó que la congelación de sueldos de los altos cargos se debería haber aplicado desde 2004 --situó en un 21 por ciento la subida de esos puestos--. Mientras tanto, destacó que en los últimos dos años las familias han pagado 400 euros más por la alimentación, 100 euros por la electricidad y el gas y otros 400 por el transporte y carburantes.

Los españoles no quieren subsidios, sino trabajo

El líder del PP señaló que, aunque la situación es "complicada", tiene "salida". Pero para ello, añadió, hay que decir "la verdad de la actual situación", "reconocer errores" y plantear "con honestidad las propuestas de futuro". A su juicio, sólo diciendo la verdad se genera un clima de confianza y, al mismo tiempo la confianza se afianza con austeridad.

Rajoy aseguró que la economía española necesita "un saneamiento", que incluya austeridad y medidas como bajadas de impuestos. "La gran baza para nuestra economía es bajar decididamente los impuestos, para fomentar el ahorro, la inversión, la asunción de riesgos, el empleo y el conjunto de factores que incentivan el crecimiento", apuntó.

Igualmente defendió la "liberalización económica" como el "único medio" que España "conoce para aumentar su prosperidad". "Si el Gobierno pone las condiciones para que los ciudadanos prosperen, estos prosperarán", sentenció, para añadir que los españoles "no quieren subsidios" sino trabajo. "No hacen falta subvenciones, sino soluciones", concluyó.