X. A. Taboada / Valencia (Enviado especial)

En este viaje al centro iniciado por Rajoy pese a las graves críticas recibidas del sector considerado más duro, el líder del PP puede contar con el apoyo unánime de la delegación gallega porque además de ser lo conveniente para la formación, eso posibilitará ampliar su base electoral. Y si para ello hay que hablar con los nacionalistas, pues se dialoga con toda naturalidad. El barón ourensano José Luis Baltar y el presidente del PP de Pontevedra, Rafael Louzán, así lo expusieron ayer en los pasillos de las instalaciones de Feria de Valencia mientras el congreso del PP consumía sus primeros minutos.

"No ganamos las elecciones y para ello nos hace falta más apoyo social. Vamos por el camino acertado", declaraba Louzán con Baltar y el secretario xeral del PPdeG, Alfonso Rueda, compartiendo corrillo. Las voces de la delegación son unísonas, al menos en apariencia. Nada que ver con el congreso de hace cuatro años cuando la presión de un sector del PP gallego, en el que figuraba el propio Baltar, obligó a Rajoy a sustituir en el último momento a Manuel Cabezas y Corina Porro como candidatos a la ejecutiva nacional. Ahora todos están con Rajoy, al que no le tiembla la mano para acometer una intensa renovación en el partido.

"El diálogo es un arma política y es fundamental, pero los pactos son otra cosa", señalaba el presidente del PPdeG, Alberto Núñez Feijóo, como marcando los límites hasta dónde llega el diálogo con los nacionalistas, aunque nos los citó expresamente. Para él, lo más importante es que un miembro de la delegación gallega, por Mariano Rajoy, va a ser elegido hoy presidente nacional del PP y ésa es la máxima aspiración de una organización territorial.

Baltar también lo tiene claro. El partido debe salir reforzado de este congreso, con Rajoy al frente, para empezar a hacer "lo que verdaderamente importa", que es ejercer la oposición contra el Gobierno de Zapatero y preparar las elecciones gallegas. Y también cree necesario dialogar con todos los nacionalistas, aunque sin ceder en los principios fundamentales del PP. Para Baltar, el giro al centro también es bueno porque "permitirá ampliar el apoyo social".

Como sucedió durante todo el proceso precongresual, Rajoy ha optado por descubrir sus cartas marcando él los tiempos y la escenografía. Así que los nombres de la ejecutiva los dará a conocer hoy, el mismo día en que se votará. Feijóo espera mantener el mismo número de gallegos en la dirección y que además serán los mismos que están ahora: Rajoy, Fraga, Ana Pastor, Feijóo, X.M. Barreiro y Corina Porro.

En la primera sesión del congreso, el nombre de Galicia sonó varias veces. Una fue por boca de Acebes, que en su discurso de despedida soltó que el PP debe tener un proyecto común para toda España y no defender cosas diferentes en Madrid, Cataluña o Galicia. Se desconoce si Acebes tenía segundas intenciones o simplemente fue una elección al azar.

Posteriormente sonó también en la ponencia de Política, donde los compromisarios dieron el visto bueno a las enmiendas del PPdeG, defendidas por Palmou y Romay Beccaría en favor del pluralismo cultural y lingüístico en España y para defender los modelos educativos bilingües y el derecho de los padres a escolarizar a sus hijos en la lengua materna. En la ponencia inicial del PP no figuraba ninguna alusión a la existencia de dos lenguas oficiales en determinadas comunidades autónomas ni mucho menos el reconocimiento expreso a una educación, aunque fuera equilibrada, en dos idiomas.