El presidente del PP, Mariano Rajoy, dejó entrever ayer que el próximo secretario general del partido será Pío García Escudero, María Dolores de Cospedal, Esteban González Pons, Manuel Lamela, Javier Arenas o Ana Mato.

En una entrevista en Antena 3, Rajoy fue preguntado por la directora de Informativos de esta cadena de televisión, Gloria Lomana, si su número dos tras el XVI Congreso Nacional que el Partido Popular celebrará este fin de semana en Valencia estaba entre esos seis dirigentes populares.

"Le voy a decir una cosa: nunca he puesto en tela de juicio su sagacidad como periodista", contestó el presidente del PP, que preguntado de nuevo volvió a ofrecer la misma respuesta y añadía "y ya es mucho".

Rajoy sigue sin desvelar el nombre del que será su secretario general a partir del domingo, ya que como dijo cuando anunció que se presentaría a ser reelegido como presidente del PP no lo hará hasta el mismo día antes de las votaciones, es decir este viernes.

Integración

Además, el presidente de los populares señaló que su intención es que tanto el secretario general como el resto de la dirección del partido sean personas "representativas" del PP, "respetadas" en su formación política y que colaboren para hacer un proyecto en el que los españoles "puedan sentirse cómodos".

Preguntado cómo integrará a los dirigentes que han sido críticos con su liderazgo, como Juan Costa o Esperanza Aguirre, señaló que ha hablado con mucha gente de su partido y ha dicho que "todos" están de acuerdo en el proyecto político.

"Me gustaría que fuera un proyecto político de centro, moderado, que dialogue, defienda la España constitucional, que diga que a ETA se le derrota y no se negocia", subrayó, antes de precisar que "en torno a ese proyecto caben todos". Prometió asimismo que intentará "integrar al mayor número posible de personas" y matizó que no le sobra "absolutamente nadie".

Acerca del motivo por el que el alcalde de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón, está mejor valorado que él en las encuestas, apuntó que se trata de un "extraordinario" alcalde que hace las "cosas muy bien" y que él es líder de la oposición.

En este sentido, recordó al político italiano Giulio Andreotti que decía que "el poder desgasta, pero la oposición más", y añadió que cuando él formaba parte del Gobierno tenía una "valoración mejor".

"En la oposición el papel es más incómodo, desagradable, porque hay que estar chinchando. Quiero volver al Gobierno por muchas razones: para aplicar un proyecto político y para que suba mi valoración", apostilló Rajoy. Evitó afirmar si se ha sentido traicionado en estos meses por algún dirigente de su partido y, por el contrario, agradeció todas las muestras "sinceras" de afecto y cariño, algo que le ha "estimulado y reconfortado mucho".

Sobre las relaciones del PP con los nacionalistas, subrayó que su partido tiene que hablar con todo el mundo, incluido el PSOE, y que "es bueno para España" que Zapatero y él se pongan de acuerdo en temas como la lucha antiterrorista, España, la política internacional y las pensiones.

Por otra parte Rajoy apostó por reforzar la formación de los trabajadores en lugar del "abaratamiento del empleo" que supondría la puesta en marcha de la directiva europea que permite la ampliación de la jornada laboral hasta las 65 horas semanales. Además, tildó de "frivolidad" los pronósticos económicos del ministro de Industria, Miguel Sebastián, quien defendió en una entrevista que cuanto mayor sea la crisis económica, más rápida será la recuperación.

Tras recordar que lleva "un año" advirtiendo a Zapatero de que "había que tomar medidas porque podíamos tener problemas", Rajoy recomendó al Ejecutivo que, ante la situación actual, diga la verdad a los españoles ya que, en su opinión, éstos no están "más tranquilos" tras comprobar que el ministro Sebastián ha mostrado "cierto desapego" con los problemas de los ciudadanos.