Así lo ha planteado el jefe de la oposición en Cataluña tras reunirse por espacio de hora y media con el presidente catalán, José Montilla, en el Palau de la Generalitat.

Éste ha sido el segundo encuentro en ocho días entre ambos dirigentes, después de que el lunes de la semana pasada ya se reunieran y no consiguieran ningún avance debido al rechazo del presidente de la Generalitat a la propuesta de trasvase del Ródano y a la negativa del líder de CiU a trasvasar agua del Segre a Barcelona.

Tras quedar archivada la propuesta de trasvase temporal del Segre, Mas ha destacado que ahora los gobiernos español y catalán apuestan por "la interconexión de redes entre el agua de Ebro y las cuencas del área de Barcelona", una idea que en 2002 CiU trató de impulsar pero, curiosamente, se topó con la firme oposición de PSC, ERC e ICV-EUiA, que finalmente lograron hacer "abortar" el proyecto.

"Si finalmente el proyecto que tiran adelante es la interconexión de redes entre el área del Ebro y la región de Barcelona, significa que rectifican en toda regla y que acaban haciendo lo que CiU ya tenía previsto hace seis años. De ser así, se habrán perdido seis años", ha señalado.

Pese a deplorar "la demagogia y el partidismo" con que actuaron las formaciones que hoy integran el gobierno de la Generalitat, CiU está abierta a avalar esta interconexión -proyecto "gemelo" del que el ejecutivo de Pujol empezó a licitar en 2002-, aunque plantea diversas condiciones.

De entrada, Mas exige que el plan cuente con el "consenso" del Campo de Tarragona y las Tierras del Ebro y que se recupere la idea de CiU de crear un consorcio que conceda "voz y voto" a los representantes territoriales.