Y es que Cañete se ha erigido en uno de los protagonistas de la sesión de tarde del debate de investidura, el "cara a cara" Zapatero-Rajoy, con sus gestos, sus comentarios en voz alta y sus paseos en medio de la bancada del PP.

La cosa ha llegado al punto de que la nueva portavoz parlamentaria del grupo, la hiperactiva Soraya Sáenz de Santamaría, ha tenido que reñirle y también algún otro miembro de la dirección del grupo.

Aunque la investidura es la de Zapatero, había gran expectación por ver y escuchar a Rajoy y también por comprobar cómo recibían los diputados del PP la intervención de su líder en el debate.

Rajoy lo ha resuelto bien y ha cosechado grandes aplausos y hasta vítores en algunos pasajes de su debate con el candidato a presidir el Gobierno, quien también ha debido sucumbir a la expectación por saber cómo se desenvolvía el líder de la oposición, ya que ha llegado a reprocharle que no hiciera propuestas.

"Yo no presento mi programa de Gobierno. Ya me gustaría", le ha recordado Mariano Rajoy, quien ha llegado a formular una nueva versión del "si tú me dices ven..." con la variante "si usted me llama, yo iré", cuando Zapatero le hablaba de pactos.

Pero aunque hay cambios evidentes y hoy se ha hablado mucho de pactos, las cosas no están del todo claras, ya que Zapatero y Rajoy han polemizado incluso sobre la propia definición de pacto de Estado y sobre si debe incluirse en él a otros grupos más allá de PSOE y PP.

Los nacionalistas asistían impávidos a la discusión respecto a si se les invitaba o no a la fiesta, ya que el PP es más partidario de pactos "a dos" y, en todo caso, que luego se sumen otros.

El caso es que Rajoy, con ayuda o no de Cañete, ha conseguido animar a los suyos y lo ha hecho básicamente con agua, ya que las referencias del presidente del PP a los problemas de falta de agua y sus críticas al Gobierno socialista por no poner remedio a la sequía o a la "desaceleración de la lluvia", como se prefiera, han sido las más jaleadas.

El candidato socialista ha aprovechado la irrupción de Arias Cañete en el debate para meter el dedo en dos llagas del PP: el "record" de portavoces económicos de este partido en poco tiempo y el ruido de sables que algunos quieren oír en el primer partido de la oposición, al asegurar que debe haber más diputados a quienes les gustaría hacer el debate en lugar de Mariano Rajoy.

Los gestos de Cañete debieron espolear a algún otro y, así, volvieron las apostillas; Cuando Zapatero anunciaba que convocaría a Rajoy para acordar los principios de la política antiterrorista, se ha oído "por escrito".

Cuando el candidato hablaba del peso de España en el exterior -uno de los temas favoritos de los políticos españoles- y recordaba que la UE había elegido a un socialista español -Felipe González- para diseñar el futuro de Europa, se ha podido escuchar "si, pero viejo, viejo".

"Para que nos sigan admirando nuestros vecinos europeos...", decía el presidente del Gobierno en funciones y desde los escaños del PP partía un "\u00A1pero si no te hablan!".

Y es que hay cosas que no cambian, por mucho que estos primeros pasos de la legislatura dejen novedades como ver a Soraya Sáenz de Santamaría sin parar de hacer comentarios a Rajoy con un hierático Angel Acebes sentado entre los dos y aparentemente ajeno.

También al margen parecían estar Eduardo Zaplana desde su nueva ubicación y Vicente Martínez Pujalte, sentado algo más atrás y en silencio durante todo el debate.