El candidato del PSOE a la Presidencia del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, defenderá mañana en su discurso del debate de investidura "un programa reformista para la segunda etapa del cambio", que los socialistas afrontan con una disposición de diálogo permanente.

Así lo ha explicado hoy en rueda de prensa el secretario de Organización del PSOE, José Blanco, después de la reunión de la Comisión Ejecutiva Federal, que ha analizado y preparado la sesión de investidura que comienza mañana, partiendo de la probabilidad de que Zapatero sea investido en segunda votación.

Zapatero ha informado a los miembros de la dirección del PSOE de los ejes principales de su discurso, centrado en la economía y en la lucha antiterrorista, entre otros asuntos, con las propuestas que los socialistas desarrollarán en esta legislatura, asentadas en las tareas realizadas en los cuatro años anteriores.

No obstante, Blanco ha precisado que no se trata de un programa de Gobierno continuista, sino que es un nuevo proyecto de cambio, cuya principal vocación es responder a los nuevos desafíos que hay por delante y aprovechar las oportunidades.

Así, el PSOE buscará la estabilidad política y de Gobierno, con un diálogo abierto con todos los grupos parlamentarios, disponibilidad para establecer acuerdos estables de colaboración, voluntad de consenso en cuestiones Estado, sin excluir a nadie, pero singularmente con el PP, y mantenimiento de los compromisos programáticos.

Durante la reunión de la Ejecutiva de hoy, Zapatero también ha querido escuchar a los miembros de la dirección para conocer su opinión y que le aporten su visión para la investidura, la cual, a la luz de las posiciones mostradas por los distintos grupos, será probablemente en segunda votación.

Y el secretario general de los socialistas y jefe del Ejecutivo en funciones ha hecho hincapié en que presentará en el Congreso un proyecto de Gobierno inspirado fundamentalmente en el programa con el que el PSOE concurrió a las elecciones del pasado 9 de marzo.

Blanco no ha querido ofrecer detalles del discurso que pronunciará Zapatero, pero ha admitido que centrará buena parte de su intervención en la economía, con respuestas concretas para afrontar la situación económica a corto, medio y largo plazo.

Sobre la lucha antiterrorista y la posibilidad de que el candidato socialista a la Presidencia del Gobierno ofrezca un pacto concreto en materia antiterrorista, Blanco ha recordado que el PSOE siempre ha buscado el acuerdo con todas las fuerzas democráticas.

Ha precisado, no obstante, que no están planteando "nada concreto, ni hablando de reeditar nada", y ha insistido en que están hablando del "compromiso concreto e inequívoco" de estar "todos juntos para hacer frente al terrorismo".

También ha aclarado que la resolución del Congreso de mayo de 2005, que autorizaba al Gobierno a dialogar con ETA en ausencia total de violencia, ha quedado derogada "de facto" con la disolución de las Cortes Generales.

Por otra parte, tanto él como el portavoz parlamentario del PSOE en el Congreso, José Antonio Alonso, han dado cuenta de las reuniones mantenidas la semana pasada con todas las fuerzas parlamentarias, cuyo objetivo no era cerrar acuerdos concretos de aplicación inmediata en la votación de investidura, sino intercambiar puntos vista sobre los objetivos, las prioridades y las tareas a realizar en esta legislatura.

Los socialistas han dejado la puerta abierta al diálogo y a posibles formas estables de colaboración futura que permitan sustentar las bases de un apoyo parlamentario estable al Gobierno.

Esta voluntad de diálogo la ha justificado Blanco en el hecho de que, aunque los españoles han dado al PSOE la responsabilidad de formar Gobierno, también han elegido un Parlamento plural, en el que están representadas una decena de fuerzas políticas. "Y eso contiene también un mandato de diálogo que estamos dispuestos cumplir", ha apostillado.

Una voluntad, además, que el PSOE está dispuesto a mantener con todas las fuerzas, cualquiera que sea su grado de apoyo al Gobierno, y sin carácter excluyente.

Al respecto, ha hecho especial hincapié en el PP, partido con el que los socialistas confían en tener una "relación positiva" en cuestiones que atañen al interés del Estado, dentro del "papel que a cada uno han adjudicado los ciudadanos" en las urnas.