El secretario general del grupo socialista, Ramón Jáuregui, dijo que el PSOE no descarta que José Luis Rodríguez Zapatero sea investido presidente del Gobierno en segunda vuelta y admitió que "los escenarios abiertos son todos", incluida una primera votación en la que no obtenga mayoría absoluta. Jáuregui y el secretario de Organización del PSOE, José Blanco, se reunieron ayer en el Congreso con representantes de los partidos minoritarios (BNG, CC, ERC, IU, ICV, NB y UPyD) para tratar de recabar su respaldo ante el debate de investidura de la semana próxima.

Pese a reconocer que los socialistas barajan varias posibilidades, a falta de hablar con el PNV, CiU -uno de dos dos necesario para salir en la primera votación- y el PP, afirmó que ahora "hay condiciones para que se produzca la investidura, si bien no sabemos cómo ni cuándo".

También explicó que, al margen de la sesión de investidura, las seis entrevistas de ayer sirvieron para dar los primeros pasos y preparar un "cuadro de relaciones" y de "entendimiento" con los partidos de cara a la legislatura, que el PSOE afronta con una filosofía muy distinta de la anterior. De esta manera, Jáuregui afirmó que el PSOE "no ha planteado una línea de acuerdo preferente" con ningún grupo a cambio de apoyos.

"No buscamos específicamente el apoyo de ningún grupo entendiendo que puede haber acuerdos preferentes o excluyentes", apuntó. Además, insistió en que la actitud de los socialistas es abierta y por ello están dispuestos a entenderse "con todos".

Debate

En cuanto a la elección de Zapatero, se mostró convencido de que durante el debate "podremos tener condiciones que aseguren la investidura" y de que de una forma u otra "se darán las condiciones" que permitan su designación como presidente. En caso de que por falta de apoyos suficientes el candidato socialista tenga que ser investido en una segunda votación, ya por mayoría simple, puntualizó que también es "democrático"que el jefe del Ejecutivo sea investido en segunda vuelta.

Jáuregui insistió en que todos los grupos han podido comprobar que el PSOE apuesta por una legislatura con "diálogo, acuerdos variados y entendimiento donde sea posible" y negó que se pueda atribuir a este partido obstáculo alguno para este diálogo.

Según explicó, se trata de "construir un marco general de entendimiento para toda la legislatura", para negociar acuerdos variados en función de los asuntos que se traten y con margen de autonomía para cada parte. "Policromía parlamentaria", lo definió Jáuregui.

En ese contexto, dio por hecho que José Luis Rodríguez Zapatero será investido presidente del Gobierno la próxima semana, aunque no sea el primera votación, para lo que necesita el apoyo de CiU o el PNV.

Llamazares dice que el Rey espera menos crispación

El coordinador general de IU, Gaspar Llamazares, manifestó que el Rey comparte la expectativa de que la legislatura que ahora comienza transcurra "con menor grado de crispación" que la anterior.

Llamazares se reunió ayer con Don Juan Carlos en el Palacio de la Zarzuela dentro de la ronda de consultas que el monarca celebra con las fuerzas parlamentarias de cara a la investidura de Zapatero como presidente del Gobierno.

Tras el encuentro, el líder de IU dijo que la crispación fue uno de los asuntos tratados y que cree que el monarca y la sociedad comparten la expectativa de que en esta legislatura la agenda política incluya, además de temas ideológicos, aquellos que afectan directamente a los ciudadanos y que son "especialmente sensibles", como el empleo y la vivienda.

Llamazares trasladó a Don Juan Carlos su propuesta de reforma de la Ley Electoral y le explicó la dificultad de la actual normativa para garantizar una representación equilibrada, especialmente "para la tercera fuerza política del país", IU, que con un millón de votos conseguidos obtiene menor número de escaños que otras con 300.000 sufragios.

El BNG reclama el traspaso de varias competencias, inversión en infraestructuras y recuperar Astano

El portavoz del Bloque Nacionalista Galego (BNG) en el Congreso, Francisco Jorquera, expuso ayer al PSOE sus reivindicaciones para la recién estrenada legislatura y mostró su confianza en que el candidato a presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, se muestre "sensible" hacia ellas en el debate de investidura para poder darle su respaldo.

Jorquera se reunió en la Cámara Baja con el secretario de Organización del PSOE, José Blanco, y con el secretario general del Grupo Socialista en el Congreso, Ramón Jáuregui, dentro de la ronda abierta por el partido que apoya al Gobierno para preparar la sesión de investidura de la próxima semana.

Tras esta charla, que podría repetirse telefónicamente antes del pleno de investidura, Jorquera dejó claro que su formación tiene totalmente descartado votar en contra de Zapatero. Los nacionalistas gallegos dan por hecho que el aspirante socialista no será "hostil" a sus peticiones y se decantará por el "sí" o la abstención en función del grado de sintonía que Zapatero muestre con las mismas.

En este sentido, el portavoz del BNG explicó que había aprovechado la conversación con Blanco y Jáuregui para evidenciar que su formación afronta esta nueva legislatura con una "disposición plenamente constructiva", es decir, que está abierta a convertirse en "socio de referencia" para los socialistas, aunque está convencido de que el PSOE no cerrará un acuerdo de legislatura con ninguna formación. "El BNG va a ser una fuerza muy decisiva en estos cuatro años", aseveró.

Jorquera puso sobre la mesa los cuatro asuntos que cree prioritarios para esta legislatura y una advertencia. El aviso fue muy claro: el BNG no entendería que el PSOE cayera un "doble juego" pactando temas de Estado con el PP excluyendo al resto del arco parlamentario y luego recurriera a las minorías para mantener la estabilidad del "día a día".

El capítulo de las peticiones estuvo encabezado por la necesidad de que Galicia siga avanzando en su autogobierno, facilitando el traspaso de algunas competencias pendientes y de otras nuevas como el tráfico y la seguridad vial. En segundo lugar, el BNG desea que el PSOE garantice un "ritmo inversor", con cargo a los Presupuestos, que permita a su comunidad paliar los déficits que padece, especialmente en infraestructuras.

Los nacionalistas reclaman, asimismo, la búsqueda de fórmulas para corregir algunas políticas estatales que, a su juicio, frenan la capacidad productiva de sectores de la economía gallega. El BNG da especial importancia a esta cuestión, habida cuenta de que habla de "crisis" económica, y pide que el astillero Ferrol-Fene se recupere para el mercado de la construcción naval civil.

Además, demanda que se acometa una reforma del sistema de voto de los emigrantes. Aunque admite que estas modificaciones requieren consenso, exige que mientras éstas se tramitan para aplicar, por ejemplo, la circunscripción especial para residentes ausentes que defiende el PSOE, se garantice que este colectivo pueda votar en urna y que puedan ejercer ese derecho únicamente las personas que han nacido o residido en Galicia y no las que tienen esa posibilidad sólo por ser de origen gallego.