Dos días después de las elecciones, con la resaca del 9-M digerida, masticado también el resultado que dejaba a su partido cuatro años más en la oposición, Ana Pastor lanzaba desde su blog personal todo un mensaje de ánimo para el PP y sus votantes. "¡Hay ambiente!", decía. "Vamos a trabajar todavía más para sumar a este proyecto a más y más gente, para llegar allí donde no hemos llegado". Retomaba las palabras de su presidente, al que sigue desde los inicios de su trayectoria política. Para muchos es la niña mimada de Rajoy, su mano derecha. Por eso nadie dudaba de que, por mucha renovación que llegara, seguiría cerca de él.

Nació en Zamora, en la localidad de Cubillos, hace 50 años. Estudió para ser doctora y la Medicina la llevó también a la política, con la entrada en la Xunta de Galicia como jefa del Servicio de Planificación Sanitaria de la Delegación Provincial de Pontevedra, donde luego fue gerente de Atención Primaria y Directora Provincial. El salto a la política nacional llegó de la mano de la victoria del PP en las elecciones generales de 1996. Rajoy echó mano de ella primero para las riendas de la Dirección General de la Mutualidad de Funcionarios Civiles del Estado y después para la subsecretaría de los ministerios que va ocupando el presidente del PP hasta que en 2004 releva a Celia Villalobos al frente del Ministerio de Sanidad y Consumo, todo un reto en aquel momento tras la transferencias de muchas de sus competencias a las comunidades autónomas.

Parece que siempre está corriendo de un lado a otro. Quizás por eso una de las pocas pegas que le pone a la política de altos vuelos sea la falta de tiempo. Incluso para venirse a Pontevedra, donde vive su marido, José Benito Suárez, concejal en el ayuntamiento. "Quiero ser la voz de Pontevedra", decía durante la campaña y reitera ahora que va a ocupar la vicepresidencia del Congreso "mano a mano con Bono". Colaboradora y amiga del líder, procura "como con mi padre" no darle ningún disgusto. Como si llevara las siglas del PP marcadas a fuego, habla del partido -donde se encarga del área de política social- con una ilusión desbordante, lo que no quita que mida mucho las respuestas cuando hay una grabadora de por medio. Y no contesta las preguntas que van encabezadas con un "si fuera...". "No estoy en el escenario", defiende. Aunque hace alguna excepción. Si estuviera en el Gobierno, una de las cosas que impulsaría sería el viejo Plan Galicia con el que el Ejecutivo de Aznar en el que estaba quería compensar la marea negra del "Prestige".

De aspecto serio, Ana Pastor presume de buen humor. Son ya unos cuantos años en cargos de representación, que le han ayudado a tomarse con menos pasión las cosas negativas y todo, en general, "con cierta distancia". Lee mucho. "Vivir es un placer", asegura.