Abrazos, besos, gritos de alegría, brazos en alto, cánticos, brindis... la sede del Partido Popular de Vigo fue ayer una gran fiesta. Blanco y negro si se compara con su hundimiento en las últimas Elecciones Municipales, o con las Generales de diciembre, cuando sacaron el peor resultado en unos comicios nacionales y En Marea les arrebató el primer en la urbe olívica con 11.000 sufragios más. Pero en seis meses han logrado resucitar. Vuelven a ser la fuerza política más votada en la ciudad y nadie ayer en las filas populares podía disimular la "enorme satisfacción" que se respiraba por unos resultados que todos coincidieron en calificar de "muy buenos". Fue el presidente local del PP, José Manuel Figueroa, el que se subió al atril para valorarlos. Lo hizo visiblemente contento y arropado por la número 2 al Congreso por Pontevedra, Irene Garrido; el candidato al Senado, Miguel Fidalgo, y la portavoz municipal, Elena Muñoz. "Hemos tenido muchas dificultades, pero las hemos superado contra viento y marea. ¡Hemos ganado las elecciones en Vigo! Y esto es lo mejor que le podía pasar al Partido Popular. Y lo mejor para nosotros, es lo mejor para la ciudad", exclamó eufórico en una intervención interrumpida continuamente por los cánticos de celebración del auditorio.

Los populares recabaron en Vigo el apoyo de 52.085 personas (99,66% escrutado), lo que supone 3.412 más que en las Elecciones Generales de diciembre y representa el 31,18% del total. Pero no solo cambiaron la tendencia negativa, sino que remontaron los 11.000 votos de diferencia que les había sacado en diciembre En Marea, que esta vez se situó como segunda fuerza en Vigo con 50.680 apoyos. Al PSOE le quitaron casi 12.000. "Hemos pasado la línea de los 50.000 votos. Esto quiere decir que el PP de Vigo va a aportar la mayoría suficiente para las próximas autonómicas y para las próximas municipales", remarcó Figueroa entre aplausos y vítores de las decenas de personas que se dieron cita en la sede de Areal para celebrar la victoria del partido.

Desde las nueve de la noche empezaron a llegar militantes, apoderados, simpatizantes y cargos del partido, todos ellos exultantes. Entre ellos, el delegado de la Xunta, Ignacio López-Chaves, la directora general del Sepes, Lucía Molares, o el subdelegado del Gobierno en Pontevedra, Antonio Coello, entre otros.Cuando el escrutinio había superado el 70% y el PP se consolidaba como la fuerza más votada, tanto en Vigo como en España, Galicia y Pontevedra, la alegría comenzó a fluir a raudales.

Elena Muñoz no podía esconder su inmensa felicidad. Fue el foco de la mayoría de personas que llegaban a la sede y se dirigían directos hacia ella para abrazarla y besarla. También a Miguel Fidalgo. "¡Vigo, sí!", gritó eufórico en varias ocasiones consiguiendo que el resto de la sala le siguiera en sus cánticos, entre los que no faltó el clásico "Samba da Bahía" de Carlinhos Browm o el "¡presidente, presidente!" cuando comparecieron Mariano Rajoy y Alberto Núñez Feijóo. "Esto es un estímulo y un caudal de confianza enorme", reconoció Miguel Fidalgo. "Estos resultados demuestran que los españoles no quieren aventuras. Ahora es nuestra oportunidad de terminar nuestro proyecto de creación de empleo", agregó Irene Garrido.