Hace seis meses, el entonces secretario xeral del PSdeG, José Ramón Gómez Besteiro, se mostraba exultante por los resultados obtenidos por su partido en Galicia y eso que había perdido 110.000 votos y dos senadores y había quedado relegado a la tercera fuerza política en Galicia, por detrás de En Marea. Los resultados ayer fueron ligeramente mejores, puesto que incrementaron el porcentaje de voto, mantuvieron los seis escaños en el Congreso y ganaron un senador más, pero el ánimo en la sede central del PSdeG era más contenido, más sobrio. La emoción estaba más reprimida, porque el PSOE nacional ha perdido cinco escaños y el PP ha ganado catorce con respecto a diciembre, de los que dos de ellos se sumaron en Galicia.

Y también porque quien ahora está al frente del PSdeG no es Besteiro, que tuvo que renunciar primero a ser el candidato a la Xunta y luego dimitir como secretario xeral tras verse imputados por diez cargos en dos operaciones judiciales. Ahora lo capitanea de forma provisional Pilar Cancela, que además ha vuelto a obtener escaño en el Congreso.

Poca gente acudió ayer al cuartel general del PSdeG. Estaba Cancela, el candidato a la Xunta, Xoaquín Fernández Leiceaga, la portavoz parlamentaria, Patricia Vilán, Modesto Pose, José Manuel Lage y algunos miembros de la ejecutiva provincial. Como es costumbre, los dirigentes socialistas siguen el escrutinio desde las sedes locales o las provinciales.

Y por encima, el PSdeG acaba de salir de un proceso de elecciones primarias que ha dejado unas heridas que aún no han cicatrizado. De todas formas, el resultado también corresponde en parte a Leiecaga, que como candidato a la Xunta se empleó a fondo durante la campaña.

Superados los comicios generales, el PSOE gallego tiene ahora por delante un reto que lo colocará en su punto exacto dentro de la política gallega. Son las elecciones autonómica en otoño. En las generales de diciembre, En Marea se situó como segunda fuerza, y en las de ayer, el PSdeG recuperó la segunda posición, pero solo por 1.100 votos, pero debido sobre todo En Marea perdió más de 60.000 votos.

Los socialistas, al menos de momento, creen que la amenaza de la confluencia para convertirse en la alternativa al PP está controlada, pero eso lo decidirán los comicios de otoño.

A expensas ahora de lo que haga Pedro Sánchez como líder nacional del partido, el PSdeG tiene por delante la convocatoria de un congreso para elegir a la nueva ejecutiva e intentar agrupar a un partido que ha quedado dividido tras las primarias internas.