El voto es un derecho fundamental para todos los ciudadanos, aunque en ocasiones, la administración dificulta esa posibilidad en un laberinto burocrático hasta límites que impiden realizarlo. Esa es la circunstancia con la que se han encontrado dos jóvenes, Alba Piñeiro Oubiña, de A Illa, y Antía Fernández Sánchez, de A Coruña, cuyos votos no estarán mañana en las urnas de sus respectivos colegios electorales. Las dos, de 25 años de edad, se encuentran en Florencia completando sus estudios de auxiliar de enfermería y farmacia, lo que les impide estar en España el 26-J.

Conscientes de esa circunstancia, hace más de un mes, presentaron en el consulado de Florencia la solicitud para ejercer su derecho a voto por correo. La solicitud se presentó el 19 de mayo, pero el tiempo comenzó a correr y las papeletas no llegaban. Cansadas de esperar y ante la proximidad del cierre del voto por correo, decidieron contactar con las autoridades españolas en Italia, comenzando así una auténtica odisea en la que los diferentes estamentos a los que fueron llamando las remitían de un lado a otro sin encontrar una solución a su problema. En Florencia, el consulado las remitió a Roma, en Roma las remitieron a la página web del INE para comprobar si había salido de Madrid, algo que había ocurrido el día 7 de junio. Desde Roma las dirigieron a Madrid, a un número de teléfono inactivo. Los sucesivos intentos de contactar con los consulados a través del teléfono ya resultaron infructuosos, recibiendo tan solo un correo electrónico en el que se les afirmaba que el proceso de solicitud del voto se había llevado a la "perfección" y que todo se encontraba en manos del INE. Perfecta o no la actuación del consulado, lo cierto es que ninguna de las dos podrá votar, una circunstancia que "nos indigna, porque no es normal que ocurran estas cosas en un país democrático y en plena era de internet".

Ambas lamentan la situación en la que se encuentran "muchos españoles que, por diferentes motivos, residimos en el extranjero, y que nos encontramos con un sinfín de trabas para poder ejercer un derecho universal como es el de votar en unas elecciones.