El 33% de indecisos existente en mayo, según la encuesta del CIS, son la esperanza socialista para no cosechar un nuevo mínimo histórico de escaños tras los 90 del 20-D, no sufrir la afrenta histórica de ser superados por Podemos como segunda fuerza estatal y poder liderar el "cambio" que permita "resolver los problemas de la gente" y dejar atrás cuatro años del PP en Moncloa. "Mucho de ese voto es socialista", declaró ayer Pilar Cancela, candidata por A Coruña y presidente de la gestora del PSdeG, que pidió huir de la "polarización entre derecha e izquierda" que sitúa en el centro del debate a populares y Podemos.

Con este argumento se lanzaron ayer los socialistas al mercado de Abastos de Santiago, lugar que ilustra el estado de shock que vive el partido tras la irrupción de una fuerza que cuestiona, ahora unida a IU, su liderazgo en la izquierda. La capital gallega ya registró un sorpasso en las municipales de 2015, cuando la marea de Martiño Noriega se convirtió en la fuerza más votada, por delante de PP y de un PSOE al que dejó a varios cuerpos de distancia.

El mercado fue el escenario elegido para continuar la campaña por Cancela, que ayer recibió refuerzos estatales con la visita de Antonio Hernando, portavoz del PSOE en la Cámara Baja y uno de los más estrechos colaboradores del líder socialista, Pedro Sánchez.

Tras repartir propaganda y charlar con varios vendedores, Hernando criticó a Mariano Rajoy por "no querer hablar de su pasado" en el debate televisivo que marcará los primeros días de campaña y a Pablo Iglesias, punta de lanza de Podemos, por "no poder hablar futuro". Lo tachó de "un poquito prepotente y un poquito soberbio".

Podemos se ha convertido en centro de la campaña socialista para evitar su sorpasso a nivel estatal y para afearle no haber apoyado la investidura de Sánchez. Varios cargos se refirieron al candidato morado reconociendo afinidades ideológicas, pero criticándolo, insinuando que podría haber un gobierno cambio tras el 26-J que obligaría de nuevo a recibir el voto de Podemos o a dárselo, pero también atacando su intransigencia.

Cancela reconoció que cuenta con "más porcentaje de identidad programática" con Podemos que con otras fuerzas, pero recuperó el argumento de Pedro Sánchez para incluir a Ciudadanos en un pacto de gobierno: entre ambos no suman 176 escaños en el Congreso. Y ahí le arreó por pedir un gobierno si superan al PSOE, pero no apoyarlos a ellos.

Por su parte, Hernando incidió en la idea de que PP y Podemos son "extremos", mientras César Luena, secretario de Organización del PSOE, elevó el tono y acusó los de Iglesias se "salir a ganar al PSOE". Estos ataques contrastan con la predisposición de Meritxell Batet, número 1 por Barcelona del PSOE, a pactar con Podemos. Todos forman parte del núcleo duro de Pedro Sánchez.