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Carrera electoral

El termómetro del 26-J

Los partidos miden en la campaña de las generales su estado de fuerzas para las gallegas

El termómetro del 26-J

Cinco meses en política es mucho tiempo. En la noche del 20-D, el PPdeG digería el mal trago de perder cinco diputados, pese a seguir siendo el partido más votado, el PSdeG se asomaba al abismo tras empatar con En Marea en escaños (6), la alianza de Podemos, Anova y EU se veía ya en el trampolín del éxito lanzada directamente hacia Monte Pío, al superar en votos a los socialistas, el BNG empezaba a hacer las maletas en el Congreso y Ciudadanos se imaginaba como llave en el Parlamento autonómico. Hoy arranca la campaña electoral del 26-J, y la situación de partida ha añadido luces y sombras. Estos comicios que deben devolver la estabilidad a España con la conformación de un nuevo gobierno, una responsabilidad más de los políticos que de los votantes, en Galicia también serán un termómetro del estado de fuerzas con que los partidos encararán la batalla autonómica, a finales de año. En juego está la Xunta.

El PPdeG ha recobrado cierto optimismo, pero no todo. Ha confirmado a Alberto Núñez Feijóo como cabeza de cartel para las elecciones gallegas y confía que el 26-J no ahonde en su retroceso en las urnas, tras pasar del 52,5% de los votos al 37%. Será difícil recuperar escaños, pero ambiciona mantener el tipo, y así coger impulso para la cita electoral de finales de año. También aguarda que se clarifique la situación en Madrid y Rajoy se mantenga en Moncloa, pero sobre todo prevé que sus adversarios retrocedan o se hundan. Es su gran baza para compensar el desgaste que ha supuesto gobernar en plena crisis económica y aplicar recortes que han soliviantado a la ciudadanía y hacer olvidar los casos de corrupción.

Los populares en Galicia y en el resto del país ningunean a los socialistas, pues para vender la estabilidad de su proyecto, tienen que presentar como máximo rival a Podemos y sus aliados. El PPdeG parte de la premisa de, que si el PSdeG cede definitivamente el liderazgo de la alternativa, tendrá más fácil la tercera mayoría absoluta en Galicia, pues para los votantes no será lo mismo dar la Xunta a un socialista aliado con Podemos, que dar la Presidencia del Gobierno autonómico a los socios de Pablo Iglesias aquí. Así que, aunque parezca extraño, PPdeG y En Marea comparten objetivo: hundir al PSdeG. El primero porque cree que si las aguas andan revueltas en la orilla de la izquierda, tiene más opciones de blindar San Caetano y el segundo, porque no puede dar un paso atrás y además el escenario le es favorable. El 20-D superó en algo más de 60.000 papeletas al PSdeG y al partido de Pedro Sánchez le resultará difícil darle la vuelta a la tortilla, a la vista de las encuestas que dan por hecho que el sorpasso se extenderá por el resto del país y a la vista de la crisis que vive el PSdeG. El episodio del Parlamento con el insólito voto a favor de una propuesta del BNG sobre importar para Galicia el cupo vasco evidencia las tensiones en la organización del puño y la rosa. La situación se agravará si tras el 26-J, el PSOE pierde el liderazgo histórico de la izquierda española y se abre en canal. Entonces, los socialistas llegarían sumamente tocados a los comicios gallegos.

El PSdeG, que estrena líder, Xaquín Fernández Leiceaga, con el reto de agarrarse como un clavo ardiendo a la segunda plaza del podio de la escena autonómica, puede estar poniendóselo fácil a En Marea, pero la coalición se ha debilitado en su paso por las Cortes. En la legislatura exprés recién terminada, se han visibilizado las tensiones entre los socios, los intentos de Podemos con la complicidad de EU de arrinconar a Anova y sus demandas, y además no cumplieron su principal promesa, y con la que lograron 'robar' votos al BNG: tener grupo parlamentario, promesa que sabían imposible si no contaban con la complicidad de otras fuerzas del arco parlamentario. En todo caso, los sondeos apuntan que están en auge y siguen contando con la simpatía del electorado.

Los nacionalistas del BNG decían adiós a las Cortes el 20-D tras casi 20 años de presencia. Saben que invertir la tendencia es muy difícil, pero esperan recuperar votos de votantes desencantados con En Marea. Escaños, casi es una utopía.

Ciudadanos, que logró un diputado por A Coruña y el 9% de los votos, quiere abrir un boquete por el flanco central del PPdeG, pero será complicado, para luego dar el salto a O Hórreo. La crisis por el cambio impuesto en el cabeza de cartel de A Coruña, las críticas al AVE gallego, que se intentan corregir en el programa electoral, hacen mella, en un partido que no logra, igual que el PSOE, rentabilizar el haber intentado alcanzar un acuerdo de gobernabilidad.

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