La refundación que pretende acometer el Bloque no contempla límites. Será un proceso de renovación "con toda radicalidad y a tumba abierta", como avanza su portavoz nacional, Xavier Vence. Se intentará dar con la tecla tanto en la fórmula de organización interna como en el discurso que permita recuperar el electorado, con la vista puesta especialmente en el espacio urbano y el voto joven. Y en este proceso de reflexión no se descarta incluso el cambio de siglas, las históricas BNG. "Lo importante es el proyecto nacionalista y si hay que definir el modelo organizativo y las propias siglas, yo creo que eso no debe ser una limitación. No habrá ningún tabú", sostiene el líder de los nacionalistas gallegos.

El resultado de las elecciones generales del domingo fue catastrófico para el Bloque. "Mucho más negativo de lo que podíamos augurar en el peor escenario", dice Vence. Por primera vez desde el año 1996 el BNG se ha quedado fuera del Congreso, perdiendo los dos escaños que tenía, conseguir solo 70.000 votos -con la candidatura Nós- y dejarse en el camino otros 120.000, que además acrecienta la caída en apoyo electoral que los nacionalistas gallegos arrastran en cada convocatoria electoral. La debacle ha sido de tal calibre que al Bloque no le ha quedado más remedio que intentar una refundación para recuperar su base social, proceso que se iniciará ya en enero con la previsión de concluirlo en marzo con una asamblea nacional, donde además del ideario renovado, se aprobará una nueva estructura de funcionamiento interno y se elegirá a otra dirección para pilotar la nave.

"Es un debate para refundar y dar una estrategia de futuro al proyecto nacionalista en el cual todo debe ser discutido, todo, y por tanto no debe haber ningún tabú, ni sobre siglas ni modelo de organización ni nada", argumenta el portavoz nacional.

El reagrupamiento de las organizaciones que en el pasado estaban integradas en el BNG y abandonaron las siglas tras la asamblea de Amio en 2012, tampoco parece la solución. Es un anhelo, pero no exento de dificultad. "La solución de futuro no pasa solo por intentar reagrupar las marcas que formaban el BNG, sino que es necesario reformular el discurso para que conecte con sectores sociales, especialmente el voto joven y el espacio urbano", asegura.

Gran parte de la culpa de la situación a la que ha llegado el Bloque procede de la asamblea de Amio en 2012, cuyos resultados supusieron la marcha de su histórico líder, Xosé Manuel Beiras, así como de otras corrientes y formaciones que cohabitaban en el frente nacionalista. Precisamente en ese congreso, el Bloque intentó recomponer sus filas y relanzar el proyecto nacionalista, pero fracasó y desde entonces no ha conseguido levantar cabeza.

"La asamblea de Amio, más que un remedio fue la explosión en pedazos del nacionalismo, de forma que divisiones y alternativas que salieron de ahí lo que único que hicieron fue debilitar el proyecto nacionalista, que se agravó con el paso del tiempo. El BNG no fue capaz de revertir esa tendencia. Y ahora, no queda otra que replantearse si la hoja de ruta abierta en Amio fue la adecuada, haciendo los cambios necesarios. Fue una asamblea de resultados nefastos para el proyecto nacionalista", admite Xavier Vence.

No obstante, el portavoz del BNG cree firmemente en que Galicia necesita un proyecto nacionalista y que en eso se debe centrar ahora la reflexión del BNG, pero sin dar entrada a formaciones estatales, precisamente la causa de que no prosperara el intento de alianza en una plataforma electoral con Anova, dado que también participaban Podemos y Esquerda Unida. El nuevo proyecto nacionalista tendrá que estar libre de partidos de carácter estatal, lo mismo que futuras alianzas electorales, aunque el alcance de las mismas lo tendrá que decidir la asamblea de marzo.

Sobre su futuro, si se presentará para dirigir de nuevo el Bloque, Vence asegura que será una decisión que tome en las próximas semanas.