La noche electoral que se vivió ayer en la sede de En Marea en Vigo fue especialmente dulce. La candidatura gallega no solo alcanzó seis escaños, sino que logró posicionarse como la fuerza política más votada de la ciudad olívica con el 33,9% de las papeletas. La celebración viguesa no fue multitudinaria, solo una treintena de personas se desplazaron hasta la calle Venezuela, sede del partido; pero sí festiva: desde allí siguieron el escrutinio de votos en directo y aplaudieron los resultados de sus representantes.

Alexandra Fernández, la número uno por Pontevedra, estuvo en la sede viguesa horas antes de conocer los repartos finales. Con un 60% de los votos escrutados, valoró los primeros datos, que ya vaticinaban el buen resultado de su grupo: "En Marea va a tener un grupo parlamentario propio, que era el objetivo principal, lo que demuestra que va a liderar el cambio en Galicia". A medida que se iban conociendo las posiciones de los partidos en la ciudad, los militantes y simpatizantes se declaraban sorprendidos y contentos. Fernández se mostró muy satisfecha y aseguró que en las últimas semanas "ya se percibía que había mucha gente con ilusión y hablando de nuestro proyecto".

Vigo se ha convertido en la ciudad del cambio en Galicia. Fernández reflexionó al respecto señalando al trabajo realizado como la clave del éxito: "Muchas veces cambiamos el formato del mitin por charlas para que la gente viniera y dialogáramos, creo que eso visibilizó otra manera de hacer política y visibiliza también que En Marea va a hacer las cosas de otra forma".

Antes de partir a Santiago de Compostela, donde se celebró el acto central del partido, la nueva diputada aseguró tener "muchas ganas" de empezar a trabajar: "Todas estas semanas me reuní con colectivos, recorrí muchas comarcas y todo lo que vas aprendiendo, viviendo y sintiendo te va dando más fuerza para llegar al Congreso a defender sus intereses".

Los que sí permanecieron hasta el final de la celebración, fueron los presentantes de los diferentes grupos que convergen bajo el paraguas de En Marea. Nicolás Legido, representante de Podemos, calificó los resultados en términos municipales: "No cabe otra valoración que decir que hemos arrasado". A nivel regional y estatal se mostró más cauto y admitió que los datos eran "óptimos", pero no sobresalientes. "Estamos contentos porque sabíamos que era una batalla muy difícil", afirmó. Legido hizo referencia a la intensa campaña electoral que ha vivido el grupo para hacer llegar sus propuestas al mayor número de ciudadanos posibles y para dar a conocer las caras que van a pelear por ellas: "Nos hemos dejado la vida para conseguir estos resultados".

Manuel Garrido, miembro de Esquerda Unida, calificó los resultados en la ciudad como "espectaculares" y destacó el significado de esta victoria: "Vigo no es cualquier cosa, es la ciudad más grande de Galicia y la que tiene más tejido industrial, donde las luchas de la clase trabajadora se vislumbran cada día".

José Cid Cabido, portavoz de Anova, subrayó el hito que supone para la lucha política gallega tener el primer grupo que los represente en Madrid. "Eso demuestra que la estrategia de la confluencia de las fuerzas de izquierdas rupturistas, sean federalistas o independentistas, es la estrategia correcta frente a los partidos del régimen", señaló. Cid Cabido apuntó a la convergencia como la clave de la victoria en la ciudad y en Galicia, donde se posicionó por detrás del Partido Popular. "Ya se anticipó en la victoria de las Mareas en las elecciones municipales, en las grandes ciudades". El portavoz reconoció que entonces en Vigo no se llegó a un entendimiento, de ahí que se tuviera que conformar con tres sillones en el Concello. Pero aseguró que con los actuales resultados se refuerza la idea de que la estrategia de unión en la que trabajan desde hace año y medio es "la correcta".