"Nadie entiende la chulería de un niño de 17 años, ni que pegue a un presidente de Gobierno. Incluso hay quien aplaude esta actitud. Dicen que todos somos iguales, pero hay que respetar a los demás, sea quien sea. Si no, no existe la libertad de expresión, y sin ella no hay democracia. Estamos en un mundo muy violento. Todo se mueve al son de la violencia. Esto es algo que arrastra la sociedad. Se ha perdido el respeto a los demás".