El PPdeG afronta las elecciones del domingo con la intención de amortiguar el golpe y mantener unos resultados, al menos, como los de 2008, sabedor del desgaste que suponen los recortes y los casos de corrupción a nivel estatal de los últimos años. El presidente de la formación, Alberto Núñez Feijóo, sabe que las dos principales fugas de sus votos van hacia Ciudadanos y la abstención. Ayer en Lugo trató de contener ambas.

El mensaje de Feijóo partió del miedo y de la utilidad. Quien no quiera un gobierno PSOE-Podemos, que vote al PP y recordó que en las municipales el apoyo a Ciudadanos "solo sirvió para que el PP no alcanzara las mayorías necesarias para gobernar", siendo la izquierda de Podemos, PSdeG y BNG los beneficiados. Lo dijo precisamente en Lugo, ciudad donde el PP se quedó a un edil de la mayoría absoluta, si bien también obtuvo ese resultado en 2011 y aún no habían irrumpido mareas o Ciudadanos, que este año sí logró un escaño en la ciudad amurallada y otro en Ferrol, donde las siglas de la gaviota se quedaron precisamente a un asiento de revalidar el gobierno.

Acompañado del candidato lucense, Joaquín García Díez, y del barón provincial, Xosé Manuel Barreiro, Feijóo expuso el balance de cuatro años del PP y que en estos momentos España se encuentra en mejor situación. Mantener la senda actual depende de la estabilidad que, en su opinión, solo garantiza el apoyo al PP.

Pidió el también presidente de la Xunta "no dispersar el voto quedando en casa porque, de esa manera, decidirán por nosotros", indicó sobre posibles pactos entre la izquierda. "Ni que tampoco se disperse en otras opciones, ya que quien se favorecerá de ello será Podemos", añadió en una provincia que, como Ourense, constituye su tradicional caladero de votos. A pesar de que siempre obtuvo tres actas por esta provincia, en el seno del PP temen que el efecto Ciudadanos les haga perder un asiento.

Acusó a sus rivales de no ofrecer un compromiso firme con Galicia, especialmente con la interior. "Podemos no nos representa porque lo que vieron que se parecía más al rural fue el césped de la Complutense", atacó.

Además, acusó al PSOE de no querer que Galicia contase con AVE y a Ciudadanos de decir que no habrá alta velocidad, si bien en el primer caso el Ejecutivo de Zapatero firmó con la Xunta el famoso Pacto do Obradoiro y el partido de Rivera ha declaro que apuesta por concluir las obras licitadas y en marcha, caso del tramo restante del AVE entre Galicia y Madrid.

Frente a ellos, el dirigente defendió la gestión de Rajoy, que permite "crecer y crear empleo", al tiempo que defiende la unidad de España frente al desafío soberanista de Cataluña.