Para el candidato de Podemos a la Presidencia del Gobierno, Pablo Iglesias, como para el antifascista italiano Carlo Levi, "el futuro tiene el corazón antiguo". Es por ello por lo que Iglesias, que participó ayer en un acto de campaña de En Marea en la Facultad de Economía de A Coruña animó a los jóvenes a ir a votar con sus abuelos.

"La imagen del cambio, la imagen de la sonrisa, tiene que ser el próximo día 20, la de familias enteras, abuelos y abuelas yendo con sus nietos y con sus nietas para votar por el futuro", dijo, animando a las más de 700 personas que le escucharon en el auditorio, a honrar la memoria de los que "se partieron la espalda" para que ellos pudiesen estudiar y tener acceso a una sanidad pública de calidad.

Sobre el escenario, estuvo acompañado por el alcalde, Xulio Ferreiro, por el número uno de la candidatura de En Marea al Congreso, Antón Gómez-Reino, por la número dos, Yolanda Díaz, y también por el diputado de AGE, Antón Sánchez.

Iglesias, que ya resultó clave en las municipales de mayo con un mitin de apoyo a la Marea Atlántica para que esta lograse la Alcaldía de A Coruña, puso propuestas sobre la mesa y habló de política, de las elecciones y sus contrincantes, aunque el acto de ayer no fue un mitin de los de frase efectista y grito en el cielo. Iglesias apostó por cambiar "el tono", por dejar atrás el "y tú más" y las formas que se pudieron ver en "la vieja política" del debate cara a cara entre el candidato del PSOE, Pedro Sánchez, y el del PP, Mariano Rajoy.

Abogó por bajar el ritmo y mantener el tono que utiliza la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, a la que recordó llamando con dureza "criminales" a las entidades financieras que dejaban a las familias sin su vivienda por no poder afrontar los pagos de la hipoteca y, sin embargo, hablando "con dulzura" a las personas que no pueden encender la luz o que no cocinan para que no se les dispare el recibo.

"Lo podemos hacer muchísimo mejor que el PP, porque el PP solo ha traído corrupción y desigualdad, y para decírselo no tenemos que ponernos nerviosos, ni gritar", dijo antes de volver su discurso a "los invisibles", a los que hacen "un trabajo de hormiguita" y que dan sentido a la palabra "cooperación".

Por su parte, Antón Sánchez introdujo el debate soberanista de Cataluña y abogó por que Galicia tenga "derecho a decidir y que pueda ser "lo que los gallegos y gallegas quieran que sea".

El alcalde coruñés, Xulio Ferreiro, arengó a sus bases para impulsar una nueva forma de gobernar. "Demostramos que se pueden hacer las cosas de otra manera y eso es lo que les da miedo. Ya estamos ganando", proclamó.