Fue un "maleducado". Como si estuviera en el argumentario del día, en el PP hubo coincidencia ayer al calificar las formas del líder del PSOE, Pedro Sánchez, frente al presidente Mariano Rajoy en el debate televisivo de la noche del lunes.

La vicepresidenta del Gobierno Soraya Sáenz de Santamaría acusó a Sánchez de haber hecho "un ejercicio de macarrismo a la desesperada"."No es que haya perdido un debate, es que ha perdido muchas opciones para continuar en política", sentenció Santamaría en Barcelona. "Me decepcionó la agresividad con la que el candidato socialista se presentó. Fue una agresividad y una mala educación impropia de alguien que quiere ser presidente del Gobierno de un país europeo", criticó en Estrasburgo el líder del PP en la Eurocámara, Esteban González Pons. "Creo que incluso Pablo Iglesias ayer habría sido más educado", concluyó. El presidente del PPdeG, Alberto Núñez Feijóo, manifestó por su parte que "el presidente no puede ser el español que más insulta en política".

El PP considera que el líder socialista se equivocó con su "agresividad" para buscar el voto de la izquierda cuando habría ganado más dirigiéndose al votante de centro. Fuentes de la dirección popular criticaron la estrategia de un Sánchez que, a su juicio, "se pasó de frenada" atacando al presidente del Gobierno. Ponen en duda que Sánchez o Rajoy ganaran o perdieran votos e insisten en que en los debates televisivos importa mucho la imagen y la actitud de los candidatos.

Pedro Sánchez se movió ayer con modos de vencedor y lejos de mostrar algún signo de arrepentimiento, pasado ya el fragor del debate, se ratificó en la falta de decencia de Rajoy, prueba de que su ataque era algo calculado. "Dije a Rajoy lo que millones de españoles piensan y con razón. Necesitamos que la decencia vuelva a la política y a las instituciones y, sobre todo, a la Presidencia del Gobierno", afirmó. "Los españoles tenemos que hacerle dimitir con nuestro voto", animó a los electores en una entrevista en RNE. Sánchez atribuye la inspiración de sus palabras al filósofo Emilio Lledó, premio Princesa de Asturias de Comunicación y Humanidades, quien en las elecciones del pasado mayo expresó su deseo de que "regrese la decencia a las instituciones democráticas". "Los ciudadanos querían un debate sin cortapisas. Como todo debate intenso y vibrante, hay momentos para la propuesta y las soluciones, para la crítica y otros para la crítica más intensa", explicó para justificar su actitud. El secretario general del PSOE rehusó calificar el cara a cara de bronco y lo definió como "intenso y vibrante", en el que hubo tiempo para hablar "de todo", también de la corrupción porque es "la segunda de las preocupaciones de los españoles".

Más allá de las estrictas valoraciones políticas, tres asociaciones judiciales de distinto signo coincidieron ayer en acusar al presidente Rajoy de "mentir" en el debate cuando aseguró que el PP ha realizado un gran esfuerzo para crear nuevas plazas de jueces.

La Francisco de Vitoria califica las palabras de Rajoy como "absolutamente falsas" y una mentira dirigida a la opinión pública. Por su parte, el Foro Judicial Independiente asegura que que resulta "impresentable" que el presidente del Gobierno "insistiera una vez más en la falsedad de que ha creado nuevas plazas". El portavoz de Jueces para la Democracia, Joaquim Bosch, asegura, por su parte, que Rajoy "no dijo la verdad" y considera inadmisible que "se falseen los datos objetivos sobre la grave situación en la que se encuentra la administración de justicia".